jueves, 29 de diciembre de 2011

Una muesca más...

Otra gran pérdida para el wrestling en 2011

Se nos va 2011, un año que para mí ha sido bastante agridulce. He vivido cosas muy positivas y otras terribles. Tranquilos, no pienso aburriros con los dimes y diretes de mi vida personal, sólo quería dejar constancia del hecho. Evidentemente, entre lo más importante que me ha pasado ha sido decidirme a abrir este blog, aunque como bien sabéis también he tenido mis más y mis menos con él. Por fortuna, esta crisis ya pasó (de la otra mejor ni hablamos) y me he decidido a seguir con el blog aunque a mi propio ritmo y siguiendo única y exclusivamente mis propios impulsos y criterios.

Mis fieles lectores sabrán también que tengo debilidad por hacer paralelismos entre la vida "real" y el wrestling, un poco en la escuela de mi queridísimo Nick Hornby con el fútbol en "Fiebre en las Gradas" y con la música en "Alta Fidelidad". Pues bien, como mi propio año, el 2011 en el wrestling ha sido más bien irregular. Las dos principales compañías de lucha norteamericanas, WWE y TNA, dieron en diferentes momentos de estos 12 meses síntomas que nos hicieron concebir esperanzas de un cambio posible, que sus lamentables trayectorias de los últimos años podrían dar el esperado giro de 180 grados que tanto necesitan, y necesitamos los fans. Sin embargo, al final sus inercias negativas resultaron más fuertes, por mucho que la pretendida renovación de sus principales estrellas parezca indicar lo contrario. No hace falta volver a insistir mucho más sobre ello, porque he hablado largo y tendido sobre el proceso en el blog.

Así pues, la cosa no tiene buena pinta para 2012. A la espera de que ROH de el paso adelante en popularidad que muchos ansiamos, no espero que en el año que empieza el wrestling usamericano nos de muchas alegrías. De hecho, las noticias son todo menos halagüeñas: la retirada del Undertaker, el último gran luchador old school que queda, a la vuelta de la esquina; Kurt Angle dedicado a las Olimpiadas; y sobre todo, esos rumores que afirman que WWE se estaría planteando quitarle el campeonato a CM Punk por los bajos ratings que está obteniendo RAW con él como hombre principal.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Stone Cold, el wrestler definitivo

Lo admito: soy orgulloso poseedor de esa bellísima camiseta.

Es verdad, lo confieso, me costó coger cariño a Stone Cold. Corría 1997 y mis padres se pusieron el Canal Satélite Digital. Yo llevaba cerca de tres años gastándome auténticas fortunas en VHS y revistas americanas con las que mantener de modo precario mi afición al wrestling, acción incomprendida y recurrentemente criticada por mis padres y en general todo mi entorno. Bueno, ahora pasa lo mismo, pero con esto de Internet te sientes menos solo. El caso es que en Sportmanía, un canal de deportes de la mencionada plataforma digital, ponían RAW y en el canal alemán DSF Nitro y Thunder. Las Monday Night Wars estaban en su apogeo e Internet empezaba a dejar de ser ciencia-ficción. Gran momento para ser fan del wrestling.

Ya en aquellos tiempos cualquiera que tuviera ojos en la cara veía que Stone Cold Steve Austin iba a ser la siguiente gran superestrella y que iba a conseguir el campeonato en Wrestlemania XIV. Las ovaciones que se llevaba cada vez que salía eran absolutamente descomunales, y el push que estaba recibiendo iba en consonancia (¡parecía que estaba en todas partes el muy cabrón!). Pero ahí seguían mis dos luchadores preferidos Bret Hart y The Undertaker, además de otros muy queridos por mí como Owen Hart, The British Bulldog o The Legion of Doom (no desde luego Shawn Michaels, ¡cómo le odiaba por aquel entonces!). Aquel calvorota les estaba robando la estrella a todos ellos, y eso era algo que ni entendía, ni me resignaba a aceptar.

Me costaba reconocer en ese redneck feroz y malcarado al luchador que había conocido como Stunning Steve Austin en la WCW de principios de los 90. Recordaba que en la empresa de Ted Turner, Austin ejercía del clásico heel arrogante pero cobardón. Era un gran midcarder, que orbitaba en torno a los prestigiosos títulos USA y TV, que había tenido un par de buenos feuds con Barry Windham y Ricky Steamboat y que había ejercido un digno papel de segundón en aquella saga de Sting contra la Dangerous Alliance. La verdad sea dicha, apuntaba maneras. Pero en modo alguno llegué a pensar que podía levantar a miles de personas de sus asientos con el simple sonar de unos cristales rotos, menos aún ejerciendo de outlaw con pintas de camionero. ¿Qué había pasado para que se operara semejante transformación?

domingo, 11 de diciembre de 2011

Dr. David Schultz

Bad to the Bone!

Se está convirtiendo en costumbre. Cada vez que busco viejos vídeos de mi querida AWA me encuentro con una agradable sorpresa. En esta ocasión he descubierto a un luchador que no conocía, pero que ha pasado a entrar directamente en mi panteón de favoritos: el Doctor David Schultz. Mi primer contacto con Schultz ha sido a través de esta descacharrante promo:


Es de cuando tanto Schultz como su archirrival Hulk Hogan militaban en la mencionada, y añorada, AWA. Y en ella, como habéis podido comprobar, el Doctor llama marica de forma poco velada a Hulk. Los luchadores de la AWA llegaban a San Francisco, ciudad en la que, según Schultz, Hulk se encontraría muy a gusto. Incluso al bueno de Mean Gene Okerlund, amigo íntimo de Hogan como todos sabemos, le cuesta mantener la seriedad y está a punto de partirse de risa delante de las cámaras.

Es una promo que, por lo que he podido comprobar, condensa a la perfección qué tipo de luchador era David Schultz. Un heel puro, malcarado, chulo, marrullero y con pinta de tener mucha calle. De esos que a los niños les encanta odiar y que los adolescentes y los adultos tendemos más bien a admirar. No hay más que ver la viñeta con la que le presentaban a los fans de la WWF, en la que le mostraban como un padre iracundo y autoritario que finalmente acaba incluso echando a los cámaras de su casa. Algo impensable en los tiempos políticamente correctos que vivimos actualmente:


Por los pocos combates que le he podido ver, su personaje tenía extensión en el ring, en el que ejercía como brawler clásico, de esos que pelean duro y no dan cuartel al rival, que usan objetos y muerden a sus oponentes. Es verdad, ninguna pelea de las que he visto es como para tirar cohetes. Pero siento debilidad por este tipo de luchadores, que quizá nunca alcanzan la excelencia, pero generalmente tampoco aburren. Y sobre todo, me gusta porque Schultz es de esos luchadores que son capaces de hacer que su gimmick tuviera sentido dentro y fuera del cuadrilátero. Disculpadme pero uno es un aficionado old school y echo de menos a este tipo de wrestlers.

Como tantos otros luchadores de finales de los 70 y principios de los 80, David Schultz aprendió el oficio dando tumbos por las diferentes promociones que entonces componían el sistema de territorios, en los que fue labrándose poco a poco un nombre. Destacando en Canadá y algunas promotoras sureñas, a Schultz le llegó su gran oportunidad primero en la AWA (por aquel entonces aún la liga más importante de EE.UU.) y pocos años más tarde al ser uno de los primeros fichajes del entonces joven y ambicioso Vince McMahon para su proyecto de expansión nacional de su empresa, la WWF.

La verdad, no me extraña que McMahon se fijara en Schultz, porque parece haber nacido para pelear en la WWE. Es de ese tipo de wrestlers carismáticos, espectaculares y capaz de cortar promos incendiarias que tanto le gustan al tito Vince. No resulta sorprendente por tanto que en la WWF recibiera un gran push y se situara con rapidez entre los top heel de la empresa, alineándose con ese fabuloso semi-stable que conformaran Roddy Pipper, Paul Ordnorff y Bob Orton, quienes por aquel entonces se alzaban como la mayor amenaza para los top face de la WWF, Jimmi Snuka y el indiscutible campeón y gigantesco draw Hulk Hogan. De hecho, Schultz llegó a disputar un combate contra el gran Hulk por el título en Minneapolis*, en junio de 1984:


Y os preguntaréis, ¿cómo es posible que siendo un luchador que estaba siendo tan importante y que estaba destinado a serlo aún más no sea más conocido a día de hoy?, ¿cómo puede ser que un aficionado veterano al wrestling como yo haya tardado tanto en conocer la existencia de David Schultz?, ¿por qué no está Schultz entre los luchadores más recordados de la década de los 80?

Por desgracia, la carrera de Schultz se truncó cuando tocaba la cima con la punta de los dedos. Como en la canción de Metallica, un momento de furia dio al traste con todo. Era diciembre de aquel año de su consagración, 1984. John Stossel, un popular reportero del programa informativo 20/20 de la cadena estadounidense ABC (algo parecido a "España Directo", aunque más serio) estaba realizando un reportaje sobre el wrestling profesional. Cabe recordar que entonces, al calor de la Hulkmania, el wrestling estaba experimentando un auténtico boom de popularidad en los Estados Unidos, pasando de entretenimiento marginal a fenómeno mainstream. Como todo buen programa de actualidad, 20/20 quiso sacar provecho, para lo cual encargó a Stossel un reportaje que mostrase al gran público los secretos del wrestling. Vamos, un patético intento por demostrar lo tontos que somos los fans del mundillo por creernos que el teatro del ring es tan auténtico como el boxeo. Algo así como convencer a los aficionados a la magia de que los magos no tienen poderes reales, sino que hacen trucos. Típico de quién cree que sabe más que los demás pero en realidad no entiende nada.

Sea como fuere, Stossel quiso hacerse el periodista intrépido y se introdujo en el backstage de un evento de la WWF en el santuario más querido de la compañía, el Madison Square Garden de Nueva York. En un alarde de valentía preguntó a Schultz si el wrestling era falso. Y la respuesta de Doctor Dave fue tan contundente como ruinosa para su carrera.


Las imágenes de Schultz abofeteando a Stossel dieron la vuelta al país, siendo reproducidas por todos los telediarios estadounidenses. Doctor Dave fue suspendido por la Comisión Deportiva del Estado de Nueva York y al poco tiempo despedido de la WWF, que en buena lógica quiso quitarse de encima una mala publicidad que podía haber hecho tambalear sus planes de crecimiento. Y esa es la razón de que Dr. Dave sea hoy casi un fantasma en la historia del wrestling: la WWE se ha empeñado en borrar su figura de la memoria histórica, supongo que para que el tristemente famoso incidente no le vuelva a crear problemas de imagen. Más o menos lo mismo que ha sucedido con Chris Benoit, aunque sus acciones no sean ni remotamente comparables.

Schultz clamó mil veces que habían sido los propios oficiales de la WWF quienes le habían ordenado golpear a Stossel. Después se ha rumoreado que la verdadera causa de su despido fue una pelea real con Mr. T en el vestuario. No sé. Uno es fan de la teoría de la conspiración, y hechos tan extraños como este siempre darán pie a todo tipo de elucubraciones. Pero los años y el oficio científico me han enseñado que a menudo la explicación más sencilla es la más correcta. Así que si me preguntáis os diré que en mi opinión lo único que sucedió fue que a Schultz se le cruzaron los cables en el momento y el lugar menos adecuados. Y en la sociedad en la que vivimos y en un negocio como el wrestling este tipo de errores se pagan muy caros.

En fin, tras el desgraciado incidente del Garden Schultz trató de volver al wrestling, pero ya nunca fue lo mismo. El golpe a Stossel le perseguiría para siempre, viéndose obligado a retirarse poco tiempo después. Pasó el resto de su vida laboral ejerciendo el oficio de cazarrecompensas, algo que en España nos suena tremendamente extraño, pero que en EE.UU. es bastante habitual. Y que nos demuestra que, en efecto, David era un tipo verdaderamente duro.

 
Una historia trágica, también para nosotros los fans, que nos perdimos a un gran luchador cuando aún estaba en la plenitud de su carrera. ¿Dónde hubiera llegado Doc Dave si no se llega a cruzar John Stossel en su camino? Bueno, hacer hipótesis al respecto es jugar a la historia ficción. Desde luego, decir que nos perdimos a otro Hulk Hogan sin duda es exagerar. Pero no creo equivocarme si digo que Schultz tenía hechuras más que suficientes para ejercer de heel midcarder y puntualmente main eventer durante muchos años. O sea, que podría tener el estatus de un Roddy Pipper, un Greg Valentine o un Don Muraco. Vamos, de leyenda y Hall of Famer en toda regla. Por desgracia, ya nunca lo sabremos.

Quede al menos este homenaje para que, por mucho que se esfuerce Vince McMahon, su figura no se pierda en las nieblas de la memoria. Grande el Dr. David Schultz.

*: Nota friki. Esa velada era importante por ser la primera en la que la WWF hacía en Minnesota, territorio base de la AWA, que como hemos dicho hasta entonces había sido la promoción más importante de los USA. Vince estaba entonces saltándose la regla que prescribía que cada territorio era coto privado de una empresa, o sea que imaginaos lo que suponía "invadir" la ciudad de tu rival y hacerlo con dos ex luchadores de la AWA combatiendo por el título máximo de la WWF como cabezas de cartel. Toda una declaración de intenciones, por no decidir una sacada de churra, con la que Vince mandaba un mensaje claro a todas las promociones rivales: los tiempos han cambiado, voy a por todas.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Ricky Steamboat “The Life Story of a Dragon”, una crítica



Incluso un entretenimiento como el wrestling admite pluralidad de gustos. Hay tantos gustos como estilos de lucha diferentes. Algunos prefieren a los luchadores más ágiles y técnicos, otros los grandes y fuertes, otros tantos los espectaculares y carismáticos, y otros como yo preferimos una adecuada combinación de todas estas virtudes. Es difícil encontrar un luchador que todos, absolutamente todos los aficionados coincidamos en admirar y señalar entre nuestros favoritos. Pero si hay uno ese es sin duda Ricky Steamboat.

Como casi todos los fans españoles de mi edad, tuve mi primer contacto con el mundillo en 1990, de la mano de Tele 5. Así que conocí a Ricky Steamboat en su peor etapa, cuando, en uno de sus muchos momentos poco inspirados, Vince McMahon contrató a uno de los más grandes de la historia para llevar un ridículo disfraz y escupir fuego. Aún así, su estilo dentro del ring nos cautivó. Poco después, en un especial navideño, nos ofrecieron su legendario combate con Randy Savage en Wrestlemania III y ya para siempre se clavó en mi retina. Tras su marcha de la WWF seguí su carrera en las Pro Wrestling Illustrated que me compré en aquel tiempo (y que me costaban una pasta, aunque a cambio aprendí mucho inglés intentando entenderlas), alguna de las cuales incluía un especial de Ricky. Allí me enteré de su mítica rivalidad con Flair y de la admiración unánime que despertaban los combates entre ellos, así como de otros feuds legendarios anteriores y posteriores. Por supuesto me esforcé en conseguirlos, gastándome otro dineral en el proceso, algo que en la era de YouTube parece un poco estúpido, pero que en aquel entonces era la única manera de mantener la afición.

En general parece estúpido gastar dinero en comprar cualquier cosa original en estos tiempos (salvo a Sinde y demás tiburones de la SGAE claro está), pero cuando vi que en Silvervision tenían el DVD de Ricky en oferta no me lo pensé. Y creedme que fue un dinero bien gastado.


Desde que vi esto siendo un canijo, no he podido olvidarlo

Este The Life Story of a Dragon tiene la estructura clásica de los DVD editados por la WWE: un primer disco ocupado por un documental y algunos extras, y otros dos llenos de combates. El docu, todo hay que decirlo, dista de ser el mejor que ha editado la empresa de Connecticut. Es bastante corto y en general demasiado apologético, pasando de puntillas por aspectos polémicos, como las razones por las que Steamboat no renovó por la NWA en 1989, tras su antológico feud con Ric Flair. Quizá lo que más aporta es la verdadera razón por la que Ricky perdió con tanta rapidez el título Intercontinental ante un wrestler tan menor como The Honky Tonk Man. Al parecer el siempre familiar Ricky pidió a Vince un tiempo de descanso para poder estar con su esposa durante el nacimiento de su primer hijo, lo que equivalía a renunciar al cinturón Intercontinental.

En general esta es una idea que se repite varias veces en el documental: si Ricky ha acabado un pasito por detrás de los grandes nombres de este negocio pese a su descomunal talento, y a contar con una gran popularidad entre los fans, es porque siempre prefirió mantener una vida familiar sana a alcanzar la cima a toda costa. Al contrario que otros, eligió pasar más tiempo con su esposa y su hijo en vez de estar 300 días al año en la carretera. Además, tomó la sabia decisión de retirarse mientras aún era relativamente joven. Eso ha preservado su cuerpo del maltrato de las lesiones, el dolor constante, los calmantes y los esteroides, lo que por fortuna hace poco probable que su nombre engrose la tristemente larga lista de luchadores muertos antes de tiempo. En fin, un tipo con cabeza, aunque eso le haya costado no estar más alto en el Olimpo del wrestling.

El primer disco se completa con una serie de promos y viñetas extras con entrevistas cortadas del documental. Respecto a las primeras, están bien escogidas y son representativas del personaje, habida cuenta de que el micro nunca fue su fuerte. Las segundas, como casi siempre, sobran por completo y no aportan absolutamente nada.

Aquí en el momento cumbre de su histórica carrera... Que bonito es ese jodido cinturón.

De todos modos, si uno se compra un DVD de Ricky Steamboat es por los combates, y en efecto en esto las expectativas se colman de sobra. Las peleas oscilan entre lo muy bueno y lo absolutamente sublime. La selección es casi perfecta, estando todos los combates que han definido la carrera de este gigante del ring. Mi única duda es la pelea con Don Muraco, porque con la fama que tiene su feud me extraña que sea la mejor posible, pero como no he visto otras de la serie he de dejarlo aquí. Por otro lado, destacar el combate con Jake Roberts, un prodigio de psicología y storytelling, como no podía ser de otro modo teniendo en cuenta los implicados. Le hace a uno añorar tiempos mejores.

La verdad es que ver luchar a Steamboat es una auténtica delicia. Su elegancia y fluidez de movimientos son asombrosas. El mejor armbar, el mejor flying bodypress y el mejor inside cradle de la historia, entre otros muchos moves de una plasticidad tremenda. Cada combate, además, es distinto al anterior, como si repetirse fuera pecado. De hecho, creo que en cada pelea se saca un movimiento que no le habíamos visto en ninguna de las anteriores. La pera, vamos. Pero si algo distingue a un titán como Steamboat de muchos spotmonkeys x-divisioneros de hoy es que todo ese despliegue de talento se pone en todo momento al servicio de la historia que se quiere contar. Cada rival y cada combate tienen su ritmo, su psicología, su punto justo, su sentido propio. Wrestling puro, le pese a quien le pese. En esto Steamboat era un auténtico artista.

 ¿El mejor feud de la historia? Sí.

Por supuesto, las dos mayores joyas del DVD son sendas peleas de una hora con su archirrival Ric Flair. La primera, de Boogie Jam 1984, sin duda pertenece a otra época. Nada menos que media hora se tira Flair intentando librarse de un headlock de Steamboat, y en ningún momento te aburres. Una habilidad que, maldita sea, se ha perdido hoy día. La única pega es que está sobrecomentado por Steamboat y Matt Striker, que hablan de todo menos del combate, distrayéndote de lo que sucede en el ring. Tenían que haberlos dejado como comentarios alternativos. Por cierto que entre las muchas cosas de las que hablan, algunas más interesantes que otras todo hay que decirlo, está lo que parece el enésimo shoot a Hulk Hogan. Y digo parece porque el siempre elegante Steamboat no explicita el nombre del aludido.

El otro es el combate a tres caídas de Clash of the Champions VI, segundo de la mítica trilogía de 1989, y casi desde cualquier punto de vista la mejor pelea de todos los tiempos. Insisto, desde casi cualquier punto de vista, este combate tiene de todo y todo bueno: emoción, técnica, psicología, violencia, storytelling, ritmo, spots… y hasta un final de auténtico infarto. Sesenta minutos que se hacen tan cortos que te hacen incluso anhelar más.

 Ricky en sus años mozos

¿Y qué decir del combate con Randy Savage en Wrestlemania III? Ya no es sólo que robaran el show en un día que estaba destinado a que todo girase en torno a la rivalidad entre Hulk Hogan y André El Gigante (que de todos modos también entraron en la leyenda en aquella velada), sino que se permitieron ofrecer el que quizá sea el combate más influyente de la historia del wrestling. En cuestión de ritmo e intensidad desde el primer hasta el último minuto Savage y Steamboat no es que subieran el listón, es que lo hicieron saltar por los aires. Basta ver los combates que se hacían antes y cómo empezaron a hacerse después. A día de hoy muchas otras peleas la han superado en la lista de las mejores de siempre, sobre todo por los escasos quince minutos de los que dispusieron estos dos grandes. Pero sin ella, todos esos combates posteriores no hubieran sido posibles, incluyendo los del propio Steamboat con Ric Flair en 1989.

El último combate es el que disputó con Chris Jericho en Backlash 2009, después de su breve regreso de aquel año. Es un gran combate y en absoluto sobra, pero se nota muy mucho que Steamboat llevaba 15 años retirado. Casi hasta el último momento aguanta bien el tirón y demuestra que el que tuvo, retuvo. Pero ya hacia el final se le ve absolutamente agotado e incapaz de hacer los moves. Aún así, gran esfuerzo de ambos genios.

En resumidas cuentas, un DVD auténticamente imprescindible para todo aficionado a Ricky Steamboat. O sea, para todo buen aficionado al wrestling. No lo dudéis ni un segundo y haceos con él, malditos.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Contra las cuerdas

La realidad me está haciendo una buena presa...

Como habréis podido comprobar, llevo un par de semanas sin actualizar el blog. ¿Por qué?, quizá se preguntaran algunos de mis escasos pero fieles lectores. La respuesta es más sencilla de lo que parece: por nada especialmente relevante. No tengo ganas de escribir de wrestling, ni más más, ni más menos. La actualidad de WWE y TNA sigue pareciéndome absolutamente deprimente y va laminando mis esperanzas cada vez más. Pero tampoco quiero convertir esta entrada en mi enésima diatriba contra el wrestling actual, porque el problema es más de fondo.

Es verdad, si el wrestling actual está mal, pues tu afición se resiente y uno empieza a dedicarle más atención a otros de sus muchos intereses. Pero, por otra parte, estoy en un momento apurado de trabajo y, además, estamos en un momento histórico en el que resulta complicado no estar pendiente de la evolución de los acontecimientos políticos, económicos y sociales. Claro, eso ha hecho que deje de lado el blog unos días...

El resultado inmediato de este descuido ha sido un desplome del número de visitas al blog. Es casi una ley científica: la actualización de un blog  y el número de visitas mantienen una relación directa, a más actualización, más visitas y viceversa. Por supuesto, no digo que actualizar a menudo sea la única causa de que un blog sea muy seguido, pero desde luego sí es una condición necesaria. Y lo entiendo, no es ningún misterio el por qué. Yo también sigo muchos blogs y si uno no se actualiza con frecuencia, pues o no entras todos los días, o simplemente te hartas y dejas de seguirlo. Además, cuanto más contenido tenga un blog, más posibilidades tiene de aparecer en vete tú a saber qué extrañas búsquedas en Google, Bing y demás, y por consiguiente de conseguir nuevos seguidores que llegan desde los sitios más insospechados.

Bajo presión hasta el más guapo parece feo. Y por ahi si que no paso...

Esta situación plantea un problema a los bloggers, una presión por publicar a toda costa que a veces entra en conflicto directo con los objetivos primarios por los que uno abre un blog. Por lo menos ese es mi caso. Como ya comentara en la primera entrada llevaba años dudando sobre la pertinencia de empezar un blog, y en concreto un blog sobre wrestling. Pero uno piensa que tiene algo que aportar y tiene ganas de divertirse escribiéndolo, así que finalmente me decidí a cruzar el rubicón.

Sin embargo, por mucho que se empeñen los artistones de cualquier pelaje, uno no crea algo sólo por el placer de crearlo y si le gusta al mundo mejor. Eso es una trola de calibre XXL, y quién os la cuente está mintiendo más aún que el que os diga que la apariencia no importa. Uno crea (en mi caso, escribe) para que le guste a uno mismo, pero también a los demás. Los que escribimos queremos que nos lean, los que hacen cine quieren que sus pelis se vean y los que hacen música que la gente escuche su música y vaya a sus conciertos. Lo contrario es una triste falacia.

Así que si quieres que te lean, que a los demás les guste lo que haces, pues tienes que hacer ciertas cosas. Algunas de esas cosas te gustan, otras te dan igual, otras te gustan menos, y otras directamente van contra tus principios más queridos. Ahora bien, una cosa es que la estética sea importante, y otra muy distinta es que en la vida sólo importe estar guapo. Y del mismo modo, una cosa es que quiera que me lean y otra muy diferente que esté dispuesto a hacer cualquier cosa porque me lean. La pregunta entonces es ¿hasta dónde está uno dispuesto a llegar para que le lean?, ¿dónde está el punto de equilibrio entre hacer lo que te sale del nabo pero que no lo conozca ni cristo y dejar de hacer lo que te apetece para que te den palmaditas en la espalda?, ¿cuál es el punto medio entre la masturbación y la prostitución?

Para llegar a la cima hay que verter sangre, sudor y lágrimas. Pero, ¿y para quedarse a medio camino?

Supongo que no hay una única respuesta a estas preguntas. Supongo que cada uno tendrá la suya, y que responderá fundamentalmente a los objetivos que cada uno se marque con lo que hace. En mi caso lo tengo claro: no voy a hacer nada que haga que deje de divertirme escribiendo. Con este blog no tengo intención de sacar dinero, ni de hacerme famoso, ni de cambiar la historia del wrestling. Simplemente creo que tengo una visión chula y original del wrestling y quería compartirla con los demás, y pasármelo pipa haciéndolo. Si no consigo eso, ¿para qué quiero este blog? Esta es la encrucijada en la que me encuentro.

En fin, esas son las reglas del juego y hay poco que hacer al respecto. Más o menos las conocía antes de ponerme manos a la obra, pero hasta que uno no está metido en harina no es plenamente consciente de lo que implica. Uno puede intuir lo que supone tener un hijo, pero realmente no lo sabe hasta que se convierte en padre. Del mismo modo, no experimentas todos estos problemas hasta que no te conviertes en blogger. Empiezas a escribir tan felíz y las cosas te van saliendo, porque bueno, modestamente uno tiene talento para esto, las cosas como son. Y te ilusionas según el número de visitas va subiendo.

Pero de repente un día te ves pegado a las estadísticas de Blogger, preocupado porque las visitas han bajado. Ay dios, ¿qué hago? Y te pones a leer y a escribir, y vas remontando, y te ilusionas de nuevo. Pero te entra una medio crisis, si a esto se le puede llamar así, como la de estas dos semanas, y poco a poco vas pasando de la preocupación al desinterés, del desinterés al "jo tío, qué coñazo", y de ahí a cogerle hasta un poco de tirria al puñetero blog. Parece como un matrimonio tópico, de esos que pasan del amor idílico a un divorcio violento tras un paso prolongado por la indiferencia. Y por ahí si que no paso. No quiero preguntarme "cómo he llegado a esto" o "en qué momento se torció todo". No lo hago en ningún aspecto de mi vida, menos lo voy a hacer con un blog de wrestling.

No sé si es buen momento para salir del armario, pero de perdidos al río: Brutus es uno de mis ídolos de la infancia. Me la suda lo que penséis. 

Que quede claro, no he hecho mucho que no quisiera hacer por subir el número de lecturas. Simplemente he aumentado el número de entradas más allá de lo que tenía pensado cuando abrí el blog y me he visto obligado a estar más pegado a la actualidad de lo que había previsto. Comentarios breves de noticias y cosas así que de otro modo me hubiera limitado a colocar en un foro o página de Facebook, pero procurando darles, como es lógico, una extensión y profundidad mayores. Ojo, algunas de las mejores entradas de este blog, o al menos algunas de las que más he disfrutado escribiendo, empezaron así. Pero cuando a uno le llega la necesidad de parar, se siente frustrado por no poder hacerlo a riesgo de caer en el olvido.

Por otro lado, tampoco estoy teniendo mucho feedback, a pesar de solicitarlo varias veces. Sé que estáis ahí, pero tampoco me habláis mucho. No sé que pensar al respecto.

Así pues, ¿cuál es el camino a seguir? No lo sé. Es difícil decirlo. El cuerpo me pide cerrar el chiringuito, pero no soy amigo de tomar la salida fácil ni decisiones en caliente. Además, sigo teniendo ganas de escribir de muchas cosas que tengo en la cabeza. Pero sé que en los próximos meses voy a estar muy jodido de tiempo y me va a ser muy complicado mantener el blog activo, por lo menos tanto como para seguir creciendo, o como poco mantener un número decente de visitas. Tal vez tenga que superar mi proverbial timidez y promocionar más cada entrada, aunque sean pocas. Desde luego algo muy gordo tiene que pasar para seguir al día WWE y TNA, porque la verdad es que ambas me han ilusionado en 2011, y ambas me han decepcionado a lo grande.

No pongas esa cara Davey, no todo está perdido.

Por favor, no penséis que me estoy poniendo en plan "oh, digo que me voy para que me digan que no me vaya". No es eso, no soy ningún llorica. Como digo, sé que estas son las reglas del juego, y uno ha de aceptarlas si quiere tener un blog. De momento sólo os comparto mi frustración, pero no tomo ninguna decisión drástica. Mañana mismo voy a colgar una reseña de DVD de un luchador que suele gustar a todo el mundo que ya he terminado de escribir, y pasado ya veremos.

Supongo que es un error decir estas cosas porque es la forma más segura de que la gente deje definitivamente de leerte, pero yo soy así: brutalmente sincero. Prefiero deciros estas cosas a la cara y que sea lo que Flair quiera. Si decidís abandonarme definitivamente sólo me queda daros las gracias por estar ahí, a pesar de todo ha sido un auténtico placer.

¡NOS LEEMOS!  

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Una buena noticia

¿A quién esperabais que pusiera?

Se ha anunciado que la empresa Ring Of Honor logró ratings de 1,1 en algunas ciudades americanas con las emisiones de sus últimos programas de televisión. Esto supone uno de los mayores logros de la historia de Ring Of Honor, 1,1 es un gran rating para un programa que no se emite de manera nacional por todo el territorio americano y que encima no lleva tampoco mucho tiempo en antena.
Me congratula saberlo. No he hablado aún de Ring of Honor, pero debería hacerlo. Después de tantos post dedicados a poner a parir a WWE y TNA estaría bien hablar bien de una empresa para variar. Pero por otro lado, estoy un poco aburrido de hablar de la actualidad, y el cuerpo me pide hablar más del pasado, como en mi último post sobre Ric Flair, que hace tiempo que tenía ganas de escribir. No sé. De momento, de verdad que deseo fervientemente que ROH crezca. A ver si así por fin vemos algo de competencia dentro del campo del wrestling. 

domingo, 13 de noviembre de 2011

10 razones...


... Por las cuales Ric Flair es el mejor luchador de todos los tiempos.

1) Es el luchador más versátil que ha existido. Era capaz de adaptarse a todos los estilos: a combates más técnicos, a otros más "guionizados" (o sea, más basados en la épica y en el storytelling), a brawls, a peleas multitudinarias, a todo tipo de gimmick matches... ¡Y siempre se sacaba un combatazo de la manga!

2) Por esa misma razón, ha hecho lucir a los rivales mejor que ningún otro. Es increíble la capacidad que tenía Flair de llevar a cualquier tipo de rival y sacarle lo mejor de sí mismo, ya fuera un técnico depurado, un gigantón, un high flyer, un brawler... No hay un tipo de luchador con el que no pareciera tener química.

3) En consecuencia, es el luchador que mejor vendía de la historia. Nadie ha hecho más creíbles y estéticos los golpes de sus oponentes, nadie nos ha hecho creer más y mejor en lo que pasaba dentro de las 12 cuerdas. Quizá el Shawn Michaels de los 2000 y el mejor Bret Hart han podido hacerlo igual de bien, pero no durante tantísimos años como Slick Ric. 

Dos macroleyendas dando una lección.

4) Con diferencia, ha sido el luchador que mejor ha manejado la psicología de ring. Ningún otro ha sabido darle a cada público, a cada rival y a cada combate lo que más necesitaba para hacerlo grande, ningún otro ha sido tan hábil extrayendo reacciones del público.

5) Poseía una técnica luchística más que competente. Sin llegar a ser tan extraordinariamente talentoso como un Kurt Angle, un Chris Benoit, un Ricky Steamboat o un Bret Hart, tenía un repertorio muy decente y lo ejecutaba con una elegancia y una limpieza que pocos han igualado. Es verdad que a veces podía parecer repetitivo, pero cuando la ocasión lo requería se sacaba unos cuantos ases nuevos de la manga, al menos en sus mejores años.

6) En cuanto al micro puede mirarse con cualquiera de los más grandes sin pestañear: Superstar Billy Graham, Roddy Pipper, Dusty Rhodes, Stone Cold, The Rock... no creo que ninguno de ellos sea mejor que el Nature Boy. Además, como dijo Triple H en el (por otra parte recomendadísimo) DVD Ric Flair and The Four Horsemen, Flair era tremendamente versatil: podía ser divertido, volverse loco, intimidar, ser el más chulo del lugar, mostrarse como un heel cobarde o como un heel fiero, como un face admirable... ¡o como el más despreciable del universo! 

¿Y las catchphrases?, ¿hay alguien que haya producido más lemas míticos y tan molones como él? “I'm a limousine ridin', jet flyin', kiss stealin', wheelin' dealin' son of a gun", "diamonds are forever, and so are The Four Horsemen","to be the man, you've got to beat the man!", "I'm the dirtiest player in the game"... ¡y tantas otras!

Para los escépticos, aquí os dejo unas pocas pruebas.


Hay veces en las que me tiro horas viendo viejas promos de este gigante.

7) Aunque su gimmick no es nada original, antes que él lo portaron Gorgeous George, Buddy Rogers y Nick Bockwinkel, sin duda ha sido quien mejor lo ha lucido, entre otras cosas porque como todos sabemos es una extensión de su propia personalidad. Verdaderamente Ric es el golfo, putañero, borrachín, juerguista dandy que aparenta ser. Es más chulo que The Rock, tan duro y bebedor como Steve Austin, más elegante que Rick Steamboat, más pendenciero que Roddy Pipper, más competitivo que Triple H, más infantil que el Shawn Michaels de los 90, más arrogante que Randy Savage y luce más su dinero que Alberto Del Río y Ted Dibiase juntos. ¿Quién no ha querido ser como él alguna vez?

8) Nadie, repito, nadie, nos ha dado tantísimos buenos combates, ni siquiera Shawn Michaels. La lista de combates de cuatro y cinco estrellas de este hombre es interminable. Con Harley Race, con Nikita Koloff, con Rick Steamboat, con Lex Luger, Sting, Kerry Von Erich, Terry Funk, Dusty Rhodes, Barry Windham, Magnum T.A., Antonio Inoki, Vader, Randy Savage, Roddy Pipper, Ted Dibiase, Rick Martel, Eddie Guerrero, Triple H, The Undertaker, HBK... ¡Inimitable!

9) Con la posible excepción de Hulk Hogan, ningún otro luchador ha participado en tantos feuds e storylines míticas. Sus feuds con Harley Race, con Dusty Rhodes, con Rick Steamboat, con Terry Funk, con Sting, con Hulk Hogan... la "retirada" tras el ataque de Bob Orton y Dick Slater, la formación de los Four Horsemen, el asalto a Dusty Rhodes en un parking, el intento de robarle la chica a Jimmy Garvin, la aparición en WWE con el viejo cinturón NWA, la victoria en el Royal Rumble 1992 saliendo en primer lugar, el montaje con las fotos de Miss Elizabeth para poner celoso a Randy Savage antes de su combate en Wrestlemania VIII, la pelea contra Vader en Starrcade'93 que consiguió salvar la WCW, la guerra contra la NWO, aquel épico regreso tras más de un año marginado de WCW por Eric Bischoff, la saga Evolution, la storyline de su "retirada" en 2008 con aquel increíble combate de Wrestlemania XXIV y la despedida más emocionante de todos los tiempos, que a este que escribe le hizo derramar unas pocas lágrimas... Tantos y tantos momentos mágicos...    

El momento en que todo debió acabar...

10) Porque es el alma y único elemento constante del primer y mejor stable que ha existido: los Four Horsemen. Y un carajo para la NWO, D-Generation X y cualquier otro, los Horsemen, especialmente los de los 80, son lo más grande que ha habido y habrá.

Qué queréis que os diga, a lo mejor estoy ciego de admiración por él, pero cada día que pasa soy más fan de  Ric Flair. Como Loquillo con los Stones, no fue al principio santo de mi devoción, hulkmaníaco convencido como era de niño (de siempre en EE.UU. había una especie de "guerra fría" entre fans de Hogan y de Flair, algo así como ser de los Beatles o de los Stones). Pero según he ido creciendo me ha ido conquistando más y más... Y aún lo hace.

Eso sí, he usado el tiempo pasado porque me resisto a creer que este hombre al que tanto admiro siga empeñado en subir a un ring, pisoteando su leyenda. Ya su storyline de retirada en 2008 llegó dos años tarde,  pero consiguieron que fuese tan fabulosa... ¡me parece increíble que habiendo logrado acabar así, el sueño de todo profesional, lo haya estropeado volviendo una vez más!

¡Imposible tener más clase! 


En fin, es tan grande que se lo perdonamos todo. Porque por mucho dinero que le demos, jamás le conseguiremos corresponder a todo lo que nos ha aportado. 

¡¡¡WOOOOOOOOOOO!!!

miércoles, 9 de noviembre de 2011

La experiencia es un grado

Y además es guapo a rabiar... ¡Te echamos de menos, Chris!

No soy nada original si digo que me encanta Chris Jericho. Es uno de los luchadores favoritos de todos, de esos pocos elegidos que trascienden gustos particulares. El tipo es tan completo (técnica depurada, completo dominio de la psicología de ring, storyteller de primera, micro espectacular, carisma a raudales...) que es difícil no ser fan suyo. Y encima, sin duda ha mejorado con los años. Un crack, en resumen.

Personalmente, además tengo otros dos motivos para que me caiga estupendamente. Uno es que, como el que viste y calza, Jericho es un rockero old school de los que ya no quedan (a los que no los hayan visto les recomiendo sus apariciones como presentador en VH1 y MTV). Otro es que cuanto más lo leo, más me convenzo de que Jericho es uno de los luchadores más inteligentes y con la cabeza mejor amueblada. Aún no me he leído sus libros, aunque todo el mundo los pone por las nubes. De momento, me conformo con sus siempre interesantes entrevistas, de las que a menudo puedes extraer auténticas perlas de sabiduría luchística. Un ejemplo más, extraído de la entrevista publicada ayer en lords of pain:

Entrevistador: ¿Qué opinas del estado actual del wrestling profesional? Parece que el monopolio de facto de la WWE lo está perjudicando...
Jericho:  Es una cuestión de experiencia. Creo que mi generación fue una de las mejores porque viajamos por todo el mundo aprendiendo diferentes estilos antes de llegar a la WWE. Ahora hay un montón de chicos que tienen menos de cinco años de experiencia. No creo que yo supiera de verdad, de verdad lo que estaba haciendo en cuanto a hacer reaccionar a una audiencia hasta que volví en 2008. No me entiendas mal, hice un gran trabajo antes de eso, pero no fue hasta entonces que en ciertas noches sentía que era el mejor del mundo. Lleva años llegar a ser verdaderamente grande en algo, y esos chicos no tienen ni siquiera cinco años de experiencia, no digamos ya diez o quince..."
Cuanto más leo, más me reafirmo en que mi diagnóstico sobre los problemas de la WWE actual (extrapolables como ya hemos dicho, a TNA) es bastante acertado. Se carga a los chavales, a gente jovencísima (recordemos lo jóvenes que eran los Randy Orton, Ken Doane o Carlito por poner sólo 3 ejemplos, cuando saltaron a la primera plantilla de WWE), con una responsabilidad para la que no están preparados. Y si no causan un impacto inmediato, se les echa. Claro, la mayoría fracasa. Porque así no se hacen las cosas.

En fin, os recomiendo que leáis el resto de la entrevista, porque no tiene desperdicio. Especialmente la parte que habla de las drogas y las muertes de luchadores, un tema del que antes o después quiero escribir en este blog.

Una generación espléndida sin duda. Que pena da ver estas fotos.

P.D.: A todo esto, el rating de RAW sigue bajando y perdiendo espectadores en su segunda hora. A pesar de ello, ni un mínimo cambio de dirección en el bookeo, por ejemplo dejar de poner a Cena en el main event de RAW. ¿Para qué?

lunes, 7 de noviembre de 2011

Sobre el feud Roode-Storm

¿Feud de la década o cagada de la década? No sé qué pensar...

Lo confieso, no sé cómo valorar lo que TNA está haciendo con Bobby Roode y James Storm. Por una parte, tengo la más que desagradable sensación de que estamos ante la enésima cagada de booking motivada por las prisas y el poner por delante el corto plazo. Ya vistéis mi reacción ante la victoria de Storm sobre Kurt Angle, que critiqué sin piedad en el blog. Luego, vi que los ratings mejoraron y pensé, "bueno, quizá se saque algo bueno de todo esto". Al poco, leo los spoilers de las grabaciones de Impact! y salta la noticia de que Roode ha derrotado a su supuesto compañero, hecho un semi turn heel y ganado el ansiado título TNA... Lo primero que se me vino a la cabeza fue "han visto que lo del cambio de título les ha funcionado subiendo los rating y ahora lo van a hacer cada dos semanas". Vamos, usar por una vez los spoilers para que jueguen a tu favor, lo cual puede ser una buena estrategia una o dos veces, pero un desastre en poco tiempo si se abusa del mecanismo. 

Por otra parte, no pude evitar sentirme algo impresionado. ¿Y si nos la habían jugado desde el principio?, ¿y si esto estaba pensado desde las BFG Series?, ¿y si hubieran ido poniendo el cebo para que picásemos? La verdad, nadie esperábamos que pasara lo que estaba pasando, no así. Y lo que es más importante, reconozcámoslo, la idea molaba. Así pues, decidí esperar a comentar nada hasta ver el Impact! correspondiente.

¡Qué poco te ha durado la fiesta James!... ¿O no?

¿Veredicto? No lo sé. La cabeza me dice "probablemente sea una cagada". ¿Qué pensar si no viendo que le dedican también un huevo de tiempo a la estupidez esa del hijo de Bischoff que no nos importa a nadie? Pero las entrañas me dicen que el combate me encantó, que me pica la curiosidad de ver qué pasa a partir de ahora, que mi boca dibujó una gran O cuando me enteré de que Roode había arrebatado a su ex compi el cinturón mundial... Por lo que, de momento, escojo creerme que lo tenían todo preparado, y que se lo han currado tela.

Porque amigos, uno se hace fan para disfrutar, no para criticar por Internet. Criticar es un medio, no un fin en sí mismo. Si uno no disfruta como debiera, pues critica, comenta lo que le parece mal, trata de proponer soluciones. Pero si te lo pasas bien, porque por si alguien no lo recuerda para eso está el wrestling, ¿para qué buscarle tres pies al gato? Así que toca subordinar el cerebro a los intestinos, con gusto además. De momento, habéis ganado mi atención, señores de TNA.

Campaña de firmas para echar a este tipo de las storylines de TNA YA. ¿Quién se apunta?

Ahora bien, sin perder del todo la cabeza, porque al fin y al cabo para eso abrí este blog, se han corrido muchos riesgos, por lo que merece la pena exigir a TNA que continúe la historia no bien, sino aún mejor. Si todos los vaivenes y aparente booking sin cabeza era una gigantesca jugada de despiste para llevarnos aquí, bienvenidos sean. Pero, como dice Francisco Cornejo en Solowrestling, si se ha devaluado el título, se ha enviado a paseo las BFG Series y se ha separado a la mejor pareja de los últimos 10 años por pura improvisación... 

Bueno, mejor no pensar en ello, relajarse y disfrutar. Porque quizá estemos ante lo que, por fin, pueda ser la piedra de toque en torno a la que se construya una TNA diferente y mejor. Roode y Storm pueden ser los Austin-Rock, Hogan-Savage o Hart-Michaels de la empresa de Orlando... Mierda, ya me estoy haciendo ilusiones otra vez. Me prometí que sería menos impulsivo después de que la WWE rompiera mi corazón por enésima vez. Y ahora voy y me entrego a los brazos de la primera fulana que me ofrece una relación seria, ¡con lo fea que me parecía!

En fin, es mejor haber amado y perder, que no haber amado nunca...

jueves, 3 de noviembre de 2011

Pffffff!

Vince es más gracioso cuando no se lo propone...

Declaraciones del emperador mundial del wrestling (leído en lords of pain.net):

"Vince MacMahon contó por qué el canal de WWE será un éxito, y criticó el canal de Opra Winfrey, al que calificó de fracaso. Vince afirmó que Opra se limitó a poner su nombre a un canal en vez de darle a los fans lo que quieren, un error que la WWE no piensa cometer".
Hay que joderse, lo cínicos que pueden llegar a resultar los ricos. O a lo mejor es que están tan separados de la realidad que no se enteran de nada. O ambas cosas.

Mucho más real, este artículo que os recomiendo, aunque sólo sea porque está en línea con mis tesis sobre el monstruoso fracaso de la WWE en este 2011, especialmente en la cuestión de CM Punk. :-)

martes, 1 de noviembre de 2011

El número de PPV's a debate

¿Se desarrollaría mejor el feud entre estos dos hombres con menos PPV's?

Leo en Solowrestling.com un interesante artículo del siempre estimulante Alex Fernández. En él, el autor defiende que TNA debería reducir a la mitad el número de sus PPV anuales, dejándolo en seis. Argumenta que así habrá más tiempo para desarrollar las storylines y más espacio para la mid y la lowcard, que estarían viendo limitado su tiempo en los Impact! semanales desde que Bruce Pritchard asumiera el cargo de booker principal. Además, afirma, las cifras de venta de los PPV de TNA son tan bajas que de esta forma probablemente crecerían, al haber más expectación y "sensación de exclusividad". O sea, la impresión de que un PPV es mucho más que un programa semanal, algo de lo que TNA siempre ha ido floja, como ya dijese en este blog, y que cada vez es más frecuente en WWE, más que nada por su patético booking (no hay más que ver el lamentable RAW de anoche).

La verdad, no sólo estoy de acuerdo, sino que creo que la WWE debería plantearse hacer lo mismo, y por las mismas razones. En una etapa de fuerte crisis económica, pedir a la gente que se gaste decenas de dólares o euros en PPV's tan flojos como los que a menudo oferta la WWE me parece una estafa, además de un error financiero. Cierto es que las cifras de ventas de PPV's de la WWE siguen proporcionando una enorme rentabilidad a la empresa de los McMahon, y eso cuenta, y mucho, en una gran corporación que tributa en bolsa como la WWE. Pero con cuatro programas semanales, creo que la WWE tiene espacio más que sobrado para desarrollar a toda su plantilla y permitirse reducir drásticamente el número de PPV's.

 Estoy convencido de que con menos PPV los tag team tendrían un espacio más digno en los mismos.

Es verdad, cuando empecé a ver lucha libre y sólo había cuatro PPV anuales y los programas semanales se nutrían de peleas de estrellas contra jobbers, soñaba con más eventos especiales y más combates entre las grandes figuras del roster. Con los años mi deseo se ha visto harto cumplido, pero el resultado, como casi todos los deseos que se hacen realidad, no ha sido el apetecido. Creo que hay que recuperar la sensación de que algo especial va a pasar cuando se acerca un PPV. Y eso sólo es posible reduciendo su número, que recuerdo ha llegado hasta la grotesca cifra de 16 PPV en un sólo año, 2006. Volver atrás en el tiempo, a los años de mi infancia, no creo que sea posible, ni siquiera deseable. Pero con un máximo de ocho PPV anuales, siete más un par de programas especiales tipo "Saturday Night's Main Event" sería mi número ideal, creo que podría recuperarse algo de aquella magia perdida. No creo desde luego que eso supusiera una mejora instantánea, en especial teniendo en cuenta la deriva creativa de WWE, pero sin duda ayudaría. 

¿Y vosotros, qué pensáis al respecto?

domingo, 30 de octubre de 2011

TNA: lo bueno

Vale, esto mola. Pero no sólo de volteretas vive el wrestling...

Después de tanta crítica y tanta bilis, va siendo hora de que hablemos también de lo bueno que ha aportado TNA en estos casi diez años que la promoción lleva abierta. Al fin y al cabo, no iba a dedicarles tantos post si no creyera que merece la pena, aunque sea un poquito. Y cuando se habla de lo bueno de TNA, inmediatamente vienen dos palabras a la mente: X-Division. No son pocos los que opinan que la famosa división "sin límites" representa la verdadera esencia de la empresa de Orlando, y que es gracias a ella que hoy día sea la segunda promotora de wrestling en EE.UU.

Supongo que es cierto. Pero discrepo enormemente de aquellos que piensan que el futuro de TNA pasa por que la X-Division sea el centro de la promoción. Que sí, que me molan las cabriolas, los saltos mortales, el wrestling aéreo y la acción trepidante. Pero no dejo de ser un fan old school. Lo que más me gusta del wrestling es la épica y el componente de telenovela que tiene. La lucha libre basada en spots no me hace gracia, la verdad. Como a cualquiera, me agrada ver un combate de ese estilo aquí y allá, generalmente para abrir un show. Pero no que lo sea todo. Es por eso que nunca me ha terminado de enganchar la lucha libre mexicana y el puroesu. Se me tuerce el gesto cuando veo más de un combate en el que apenas hay psicología, en el que un luchador recibe un 450º Splash y a continuación se levanta para hacerle un moonsault al rival. No puedo con eso, la verdad.

Estéticamente impecable. Luchísticamente  no indiscutible.

No sé, es verdad que vivimos una época en la que los productos culturales más exitosos son aquellos caracterizados por mantener un ritmo frenético y centrarse más en la espectacularidad de las hechuras que en el contenido que presentan. El videojuego y el spot publicitario son los modelos culturales de referencia, y a ellos se adaptan cada vez más el cine, el comic y a veces hasta la novela o el arte contemporáneo (véase si no el auge de la perfomance, con su énfasis en lo efímero, lo irrepetible de la experiencia y lo epatante). Es posible que el wrestling del siglo XXI tenga que emplear también esos moldes, nos guste o no a aquellos que hemos crecido con otros patrones culturales. La X-Division es un poco eso, así que quizá "comercialmente" tengan razón quienes creen que debe ser el centro de TNA.

Hay sin embargo un precedente que puede desmentir un tanto esa idea. No sé si recordáis la breve andadura de Wrestling Society X, aquella promoción con la que MTV trató de introducirse en el mundillo. Era un perfecto ejemplo de ese posible wrestling futurista, sin psicología, sin desarrollos largos de storylines, sin dar un respiro al espectador ni dentro ni fuera del ring. Y se la pegó bien pegada. Por otro lado, si hay algo que está robando espectadores al wrestling, esas son las MMA, que no se caracterizan precisamente por un ritmo trepidante. Así que la cosa no está tan clara.

AJ, un buen modelo del tránsito de la X-Division al estrellato

Yo creo que la X-Division debería mirarse en el espejo de la exitosa división cruiser de la WCW: su espectacularidad es un buen escaparate para figuras jóvenes y hambrientas, que de allí pueden saltar a cotas mayores si tienen lo que hay que tener. Como en su día hiciesen Eddie Guerrero, Chris Jericho, Dean Malenko o Rey Mysterio. O en la misma TNA los AJ Styles, Samoa Joe, Christopher Daniels o incluso los Motorcity Machine Guns de mi admirado Chris Sabin, mi favorito de siempre de la X-Division. Son luchadores que han sabido crecer más allá de los festivales de spots, aunque empezaran en esas lides. Eso es lo que en mi opinión debería seguir suponiendo la X-Division para TNA: una buena bandera de enganche para mucha gente, pues su vistosidad puede atraer tanto al aficionado casual como al hardcore fan, y al mismo tiempo una cantera de futuras estrellas.

Otra cosa es que desde la llegada de Vince Russo, y mucho más en la oscura era de Hogan y Bischoff, la X-Division no sea ni una cosa ni la otra. Ni el centro de todas las miradas, ni una atracción importante, pero secundaria. Actualmente es poco menos que nada. Ya digo que me parece que la X-Division está un tanto sobrevalorada por algunos aficionados, pero es indiscutible que ha sido una de las claves más importantes del relativo éxito de TNA. Cargársela como se la han cargado me parece una de las decisiones más nefastas de estos tres caballeros.

Chris Sabin, una debilidad personal. Creo que merece más de lo que tiene.

Dicho esto, diré que lo que siempre me ha encantado de TNA, en lo único que creo que ha dado sopas con onda a la WWE durante los últimos diez años, es en su división tag. En una era en la que, con dos campeonatos y todo, la WWE se ha empeñado en mandar a paseo el wrestling por equipos, TNA siempre contó con tags magníficos y les dio importancia en sus programas: America's Most Wanted, Triple X, Team Canada, The Naturals, 3LiveKru, LAX (¡que patético remedo de ellos son los Mexican America!), Beer Mooney, The Motorcity Machine Guns... hasta los Dudleys han acabado dando un buen espectáculo tras unos primeros años dubitativos en la empresa de Panda Energy. Incluso parejas más o menos circunstanciales, como aquella formada por AJ Styles y Christopher Daniels, han dado feuds molones. Para un fan de la vieja escuela como yo, ver el wrestling por parejas en el lugar que le corresponde ha sido uno de los mayores alicientes para no mandar a TNA a tomar vientos pese a lo mucho malo que, por lo general, nos ofrecen.

Y por último, también me gustó la división Knockout en su momento. Tanto, que me pareció casi lo mejor de la etapa de Russo como booker principal, antes de que llegaran Hogan y Bischoff al poder (más o menos entre 2006 y 2009). Y no debe ser a mí solo, porque por regla general las Knockouts solían llevarse los ratigs más altos de los Impact! O sea que sí, que por mucho que piensen algunos, la lucha femenina interesa y se pueden hacer cosas chulas con ella. Aunque por supuesto TNA nunca ha renunciado a usar sus chicas como pedazos de carne para reclamo del fan pajillero, al menos no se limitaba a hacer pasar la lucha femenina por desfiles de modelos o concursos de bikinis. Durante un tiempo, las Knockouts mostraron que con tiempo y guiones interesantes podían dar mucho de sí, y muchos lo agradecimos.

Convendremos que, al menos hace unos años, la belleza no era el único criterio para ser campeona femenina en TNA.

Vamos, que lo que a mí me parecía que TNA era fuerte es precisamente en aquello que la WWE lleva una  década siendo débil: en su división ligera, en su división femenina y sobre todo en su división tag. Y curiosamente, las tres han sido maltratadas hasta reducirlas a su insustancial estado actual por Russo, Hogan y Bischoff. Bien hecho genios. Habéis estropeado aquello que podía hacer a TNA diferente de WWE. Y en cambio, habéis querido competir con el gigante de Connecticut con sus mismas cutres armas, pero con menos medios. El resultado, a la vista está.

Pero bueno, ahí están ellos renovando y cada vez con más poder. ¿Alguien lo entiende? No. La ausencia de justicia es tan real en el wrestling como en cualquier otro aspecto de la vida...