jueves, 1 de diciembre de 2011

Ricky Steamboat “The Life Story of a Dragon”, una crítica



Incluso un entretenimiento como el wrestling admite pluralidad de gustos. Hay tantos gustos como estilos de lucha diferentes. Algunos prefieren a los luchadores más ágiles y técnicos, otros los grandes y fuertes, otros tantos los espectaculares y carismáticos, y otros como yo preferimos una adecuada combinación de todas estas virtudes. Es difícil encontrar un luchador que todos, absolutamente todos los aficionados coincidamos en admirar y señalar entre nuestros favoritos. Pero si hay uno ese es sin duda Ricky Steamboat.

Como casi todos los fans españoles de mi edad, tuve mi primer contacto con el mundillo en 1990, de la mano de Tele 5. Así que conocí a Ricky Steamboat en su peor etapa, cuando, en uno de sus muchos momentos poco inspirados, Vince McMahon contrató a uno de los más grandes de la historia para llevar un ridículo disfraz y escupir fuego. Aún así, su estilo dentro del ring nos cautivó. Poco después, en un especial navideño, nos ofrecieron su legendario combate con Randy Savage en Wrestlemania III y ya para siempre se clavó en mi retina. Tras su marcha de la WWF seguí su carrera en las Pro Wrestling Illustrated que me compré en aquel tiempo (y que me costaban una pasta, aunque a cambio aprendí mucho inglés intentando entenderlas), alguna de las cuales incluía un especial de Ricky. Allí me enteré de su mítica rivalidad con Flair y de la admiración unánime que despertaban los combates entre ellos, así como de otros feuds legendarios anteriores y posteriores. Por supuesto me esforcé en conseguirlos, gastándome otro dineral en el proceso, algo que en la era de YouTube parece un poco estúpido, pero que en aquel entonces era la única manera de mantener la afición.

En general parece estúpido gastar dinero en comprar cualquier cosa original en estos tiempos (salvo a Sinde y demás tiburones de la SGAE claro está), pero cuando vi que en Silvervision tenían el DVD de Ricky en oferta no me lo pensé. Y creedme que fue un dinero bien gastado.


Desde que vi esto siendo un canijo, no he podido olvidarlo

Este The Life Story of a Dragon tiene la estructura clásica de los DVD editados por la WWE: un primer disco ocupado por un documental y algunos extras, y otros dos llenos de combates. El docu, todo hay que decirlo, dista de ser el mejor que ha editado la empresa de Connecticut. Es bastante corto y en general demasiado apologético, pasando de puntillas por aspectos polémicos, como las razones por las que Steamboat no renovó por la NWA en 1989, tras su antológico feud con Ric Flair. Quizá lo que más aporta es la verdadera razón por la que Ricky perdió con tanta rapidez el título Intercontinental ante un wrestler tan menor como The Honky Tonk Man. Al parecer el siempre familiar Ricky pidió a Vince un tiempo de descanso para poder estar con su esposa durante el nacimiento de su primer hijo, lo que equivalía a renunciar al cinturón Intercontinental.

En general esta es una idea que se repite varias veces en el documental: si Ricky ha acabado un pasito por detrás de los grandes nombres de este negocio pese a su descomunal talento, y a contar con una gran popularidad entre los fans, es porque siempre prefirió mantener una vida familiar sana a alcanzar la cima a toda costa. Al contrario que otros, eligió pasar más tiempo con su esposa y su hijo en vez de estar 300 días al año en la carretera. Además, tomó la sabia decisión de retirarse mientras aún era relativamente joven. Eso ha preservado su cuerpo del maltrato de las lesiones, el dolor constante, los calmantes y los esteroides, lo que por fortuna hace poco probable que su nombre engrose la tristemente larga lista de luchadores muertos antes de tiempo. En fin, un tipo con cabeza, aunque eso le haya costado no estar más alto en el Olimpo del wrestling.

El primer disco se completa con una serie de promos y viñetas extras con entrevistas cortadas del documental. Respecto a las primeras, están bien escogidas y son representativas del personaje, habida cuenta de que el micro nunca fue su fuerte. Las segundas, como casi siempre, sobran por completo y no aportan absolutamente nada.

Aquí en el momento cumbre de su histórica carrera... Que bonito es ese jodido cinturón.

De todos modos, si uno se compra un DVD de Ricky Steamboat es por los combates, y en efecto en esto las expectativas se colman de sobra. Las peleas oscilan entre lo muy bueno y lo absolutamente sublime. La selección es casi perfecta, estando todos los combates que han definido la carrera de este gigante del ring. Mi única duda es la pelea con Don Muraco, porque con la fama que tiene su feud me extraña que sea la mejor posible, pero como no he visto otras de la serie he de dejarlo aquí. Por otro lado, destacar el combate con Jake Roberts, un prodigio de psicología y storytelling, como no podía ser de otro modo teniendo en cuenta los implicados. Le hace a uno añorar tiempos mejores.

La verdad es que ver luchar a Steamboat es una auténtica delicia. Su elegancia y fluidez de movimientos son asombrosas. El mejor armbar, el mejor flying bodypress y el mejor inside cradle de la historia, entre otros muchos moves de una plasticidad tremenda. Cada combate, además, es distinto al anterior, como si repetirse fuera pecado. De hecho, creo que en cada pelea se saca un movimiento que no le habíamos visto en ninguna de las anteriores. La pera, vamos. Pero si algo distingue a un titán como Steamboat de muchos spotmonkeys x-divisioneros de hoy es que todo ese despliegue de talento se pone en todo momento al servicio de la historia que se quiere contar. Cada rival y cada combate tienen su ritmo, su psicología, su punto justo, su sentido propio. Wrestling puro, le pese a quien le pese. En esto Steamboat era un auténtico artista.

 ¿El mejor feud de la historia? Sí.

Por supuesto, las dos mayores joyas del DVD son sendas peleas de una hora con su archirrival Ric Flair. La primera, de Boogie Jam 1984, sin duda pertenece a otra época. Nada menos que media hora se tira Flair intentando librarse de un headlock de Steamboat, y en ningún momento te aburres. Una habilidad que, maldita sea, se ha perdido hoy día. La única pega es que está sobrecomentado por Steamboat y Matt Striker, que hablan de todo menos del combate, distrayéndote de lo que sucede en el ring. Tenían que haberlos dejado como comentarios alternativos. Por cierto que entre las muchas cosas de las que hablan, algunas más interesantes que otras todo hay que decirlo, está lo que parece el enésimo shoot a Hulk Hogan. Y digo parece porque el siempre elegante Steamboat no explicita el nombre del aludido.

El otro es el combate a tres caídas de Clash of the Champions VI, segundo de la mítica trilogía de 1989, y casi desde cualquier punto de vista la mejor pelea de todos los tiempos. Insisto, desde casi cualquier punto de vista, este combate tiene de todo y todo bueno: emoción, técnica, psicología, violencia, storytelling, ritmo, spots… y hasta un final de auténtico infarto. Sesenta minutos que se hacen tan cortos que te hacen incluso anhelar más.

 Ricky en sus años mozos

¿Y qué decir del combate con Randy Savage en Wrestlemania III? Ya no es sólo que robaran el show en un día que estaba destinado a que todo girase en torno a la rivalidad entre Hulk Hogan y André El Gigante (que de todos modos también entraron en la leyenda en aquella velada), sino que se permitieron ofrecer el que quizá sea el combate más influyente de la historia del wrestling. En cuestión de ritmo e intensidad desde el primer hasta el último minuto Savage y Steamboat no es que subieran el listón, es que lo hicieron saltar por los aires. Basta ver los combates que se hacían antes y cómo empezaron a hacerse después. A día de hoy muchas otras peleas la han superado en la lista de las mejores de siempre, sobre todo por los escasos quince minutos de los que dispusieron estos dos grandes. Pero sin ella, todos esos combates posteriores no hubieran sido posibles, incluyendo los del propio Steamboat con Ric Flair en 1989.

El último combate es el que disputó con Chris Jericho en Backlash 2009, después de su breve regreso de aquel año. Es un gran combate y en absoluto sobra, pero se nota muy mucho que Steamboat llevaba 15 años retirado. Casi hasta el último momento aguanta bien el tirón y demuestra que el que tuvo, retuvo. Pero ya hacia el final se le ve absolutamente agotado e incapaz de hacer los moves. Aún así, gran esfuerzo de ambos genios.

En resumidas cuentas, un DVD auténticamente imprescindible para todo aficionado a Ricky Steamboat. O sea, para todo buen aficionado al wrestling. No lo dudéis ni un segundo y haceos con él, malditos.

5 comentarios:

Adolfo dijo...

COmbatazo con Macho man. Que gran época para el wrestling.

Jose Antonio Cerrillo dijo...

Ya te digo Adolfo. Del bueno de Randy quiero hablar proximamente, ¿has visto su DVD?

Adolfo dijo...

Nopi. A Macho man le recuerdo vagamente de la etapa de Tele5. No era mi luchador favorito. Yo era del Enterrador, Mr Perfect y los Bushwackers, aquí rebautizados como sacamantecas. Me gusta el wrestling e intento seguirlo, pero por ejemplo, me levanté el otro día a ver a Cena y The Rock contra Miz y Truth y eso fue horroroso. Los únicos videos que he visto más de una vez son los dos últimos HBK vs Undertaker de wrestlemania. Como bien dices en otro post, eso es wrestling. Hay ostias (pseudo ostias) pero también algo que contar, muy simple, pero entretenido y esos dos combates son los últimos que me han dicho algo.

Jose Antonio Cerrillo dijo...

Hostias, yo sí soy muy fan de Macho Man. A ver si escribo sobre él y te pico un poco más.

En lo demás completamente de acuerdo, claro. Salvo en lo de los Bushwackers :P

Adolfo dijo...

Coño, que tenía 11 años. Mi abuelo se partía el culo cuando se lamían la cabeza uno al otro, jeje.