He aquí uno de los lemas más engañosos de la historia del marketing
Es verdad, no lo puedo negar. Le tengo manía a TNA, lo confieso. Y estoy seguro de que no soy el único, habida cuenta de la inusitada dureza con la que muchos miembros de la IWC (uséase, Internet Wrestling Community, o en cristiano "comunidad de internautas aficionados al wrestling") nos ensañamos con la empresa de Panda Energy. ¿Por qué?, ¿Por qué si TNA no es más que la WWE pero más cutre nos metemos tanto con ella? No es sencillo de explicar, y supongo que cada uno tendrá sus razones. He aquí las mías.
Hace no mucho escuché un programa de Solowrestling radio, lamento no recordar cual, en el que uno de los comentaristas decía que muchos nos metemos con TNA porque es más fácil meterse con el segundón que con el más fuerte. Pudiera ser. Para algunos, pero no para mí. Mi problema con TNA es el mismo que tengo con los grupos indie o con el cine de Isabel Coixet y similares directores: la hipocresía. La absoluta separación entre lo que se proclama y lo que se ofrece. El ir de independientes, de defensores de la calidad y la pureza cuando uno no es más que un enchufado, un subvencionado, un niño bonito de ciertos medios de comunicación.
Y sobre todo, odio, ODIO, esa actitud de superioridad moral sobre la masa, esa bestia borrega e inculta que no sabe apreciar lo bueno. Lo suyo, claro. Peor aún: todos sabemos que esa actitud displicente hacia lo mainstream es pura pose, que en el fondo desean ardientemente ser los primeros, vender más que nadie, estar bajo los focos. TNA es así. Llevan vendiendo el cuento de la calidad desde su misma fundación, mientras por otro lado hacen las mismas mongoladas que la WWE contemporánea. Y eso amigos, no se lo perdono.
La campañita de marras "aquí el wrestling importa" ha representado el pico de esta farisea actitud, no por casualidad coincidiendo con la época en la que el wrestling importa menos en la compañía. Pero como tantas otras cosas en TNA, siempre ha sido así. No hay más que recordar el coñazo que nos han dado con la puñetera X-Division, o las cientos de declaraciones de wrestlers hablando de lo bonito que era estar en la familia TNA en contraste con la fría malignidad que es trabajar para WWE. Mientras tanto, muchos luchadores, jóvenes y viejos, tomaban en cuanto podían las de Villadiego de vuelta al gigante de Connecticut. Qué sorpresa.
Pero vamos, que soy el primer interesado en que a TNA le vaya bien. De no ser así el hipócrita sería yo, que he defendido con ahínco que gran parte de los problemas del wrestling contemporáneo derivan de la falta de competencia entre grandes empresas del mismo ramo, lo que ha ido desviando el interés del wrestling a otros derroteros, en WWE como en TNA. Quizá eso es algo que me jode aún más de TNA, el que presente un producto tan malo cuando lleva teniendo toda la década a una irregularísima WWE a tiro.
Así que nada, más nos vale a todos los aficionados que TNA despierte de una vez y empiece a suponer una amenaza real a la posición de privilegio de la WWE en el wrestling mundial. Personalmente soy pesimista, como ya he dicho, y las noticias no invitan a otra cosa. La última que AJ Styles ha estallado contra Hulk Hogan, de lo cual ya iba siendo hora. Por otro lado, como ya sabemos Hogan y Bischoff han renovado con TNA, Russo sigue por ahí y el elegido para sacar la nave a flote, Bruce Pritchard, no es que me genere mucha ilusión.
Peeero, he de confesar que me gusta lo que están haciendo con Bobby Roode. Siempre me gustó -no diré más para que no me acusen de remar a favor de corriente- y me parecería muy acertado que construyesen el futuro de la empresa en torno suyo, sobre todo porque AJ Styles y Samoa Joe parecen casos perdidos (y por cierto, malos precedentes para el bueno de Bobby, como bien vio Alex Fernández en Solowrestling). También me gusta Crimson, aunque creo que se han precipitado un poco con su push. Una primera medida inteligente en cualquier caso sería empezar a confiar en talentos jóvenes y de la casa, en lugar de por la típica ex estrella de WWE, que tan mal resultado les ha dado hasta ahora.
Y en total, que de verdad espero que de algún modo este Bound for Glory suponga el principio de cambios muy necesarios para TNA... y que de serlo suponga un verdadero punto de inflexión, no como el de otros. De verdad que tengo muchas ganas de comerme con patatas todo lo dicho en este post. De verdad que sí.
Hace no mucho escuché un programa de Solowrestling radio, lamento no recordar cual, en el que uno de los comentaristas decía que muchos nos metemos con TNA porque es más fácil meterse con el segundón que con el más fuerte. Pudiera ser. Para algunos, pero no para mí. Mi problema con TNA es el mismo que tengo con los grupos indie o con el cine de Isabel Coixet y similares directores: la hipocresía. La absoluta separación entre lo que se proclama y lo que se ofrece. El ir de independientes, de defensores de la calidad y la pureza cuando uno no es más que un enchufado, un subvencionado, un niño bonito de ciertos medios de comunicación.
Con un ánimo un poco troll: siento lo mismo viendo un anuncio de "Wrestling Matters" que con fotos como esta.
Y sobre todo, odio, ODIO, esa actitud de superioridad moral sobre la masa, esa bestia borrega e inculta que no sabe apreciar lo bueno. Lo suyo, claro. Peor aún: todos sabemos que esa actitud displicente hacia lo mainstream es pura pose, que en el fondo desean ardientemente ser los primeros, vender más que nadie, estar bajo los focos. TNA es así. Llevan vendiendo el cuento de la calidad desde su misma fundación, mientras por otro lado hacen las mismas mongoladas que la WWE contemporánea. Y eso amigos, no se lo perdono.
La campañita de marras "aquí el wrestling importa" ha representado el pico de esta farisea actitud, no por casualidad coincidiendo con la época en la que el wrestling importa menos en la compañía. Pero como tantas otras cosas en TNA, siempre ha sido así. No hay más que recordar el coñazo que nos han dado con la puñetera X-Division, o las cientos de declaraciones de wrestlers hablando de lo bonito que era estar en la familia TNA en contraste con la fría malignidad que es trabajar para WWE. Mientras tanto, muchos luchadores, jóvenes y viejos, tomaban en cuanto podían las de Villadiego de vuelta al gigante de Connecticut. Qué sorpresa.
TNA le molaba tanto a Christian que salió de allí en cuanto pudo.
Pero vamos, que soy el primer interesado en que a TNA le vaya bien. De no ser así el hipócrita sería yo, que he defendido con ahínco que gran parte de los problemas del wrestling contemporáneo derivan de la falta de competencia entre grandes empresas del mismo ramo, lo que ha ido desviando el interés del wrestling a otros derroteros, en WWE como en TNA. Quizá eso es algo que me jode aún más de TNA, el que presente un producto tan malo cuando lleva teniendo toda la década a una irregularísima WWE a tiro.
Así que nada, más nos vale a todos los aficionados que TNA despierte de una vez y empiece a suponer una amenaza real a la posición de privilegio de la WWE en el wrestling mundial. Personalmente soy pesimista, como ya he dicho, y las noticias no invitan a otra cosa. La última que AJ Styles ha estallado contra Hulk Hogan, de lo cual ya iba siendo hora. Por otro lado, como ya sabemos Hogan y Bischoff han renovado con TNA, Russo sigue por ahí y el elegido para sacar la nave a flote, Bruce Pritchard, no es que me genere mucha ilusión.
In Bobby we trust
Y en total, que de verdad espero que de algún modo este Bound for Glory suponga el principio de cambios muy necesarios para TNA... y que de serlo suponga un verdadero punto de inflexión, no como el de otros. De verdad que tengo muchas ganas de comerme con patatas todo lo dicho en este post. De verdad que sí.
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