Reflexiones de urgencia sobre el Rumble

El spot curioso de cada Rumble. Los jodíos siempre consiguen colarte una.

Bueno, pues ya he visto el Rumble y el RAW posterior y se imponen algunos comentarios. Sobra decir que a partir de aquí hay spoilers, así que quién no lo haya visto y quiera mantener el suspense, que se lea la entrada en una semana (no voy a decir que no la lea, claro). ¿Estamos todos? Bien.

En general me ha parecido un evento correcto, sin más. El combate del world heavyweight championship bien, deja de nuevo en buen lugar a Daniel Bryan. El de CM Punk y Dolph Ziggler muy bueno, aunque me da rabia que no les dieran diez minutos más para echar la casa abajo, porque cada vez que se encuentran saltan chispas. Sobre todo si usan esos diez minutos en dos combates no anunciados y que no interesaron a absolutamente nadie. En fin, dejémoslo de lado, porque es de esas cosas en las que parece que la WWE encalla una y otra vez, inasequible al fracaso. Como digo, con diez minutos más, Punk y Ziggler habrían dado el primer candidato a combate del año (si no lo es ya este), y cojones, a Dolph le hubiera venido de perlas para elevar su estatus definitivamente a candidato creíble. Le veo ganando Money in the Bank en Wrestlemania, a él o a Cody Rhodes, los dos luchadores que, junto al propio Bryan, más están creciendo en los últimos tiempos.

Lo de Cena y Kane... bueno, el combate estuvo bien a secas. Lo que me sigue molando es la historia que están desarrollando los dos, y que progresó adecuadamente tanto en el Rumble como en RAW. Tengo curiosidad por ver a dónde la llevan, aunque insisto en que no será a un turn heel del Marky Mark del wrestling. De hecho, mucho me temo que acabarán haciendo que Cena salga fortalecido del trance, habiendo superado su lado oscuro, un poco como una versión cutre de Star Wars o del Batman de Arkham Asylum. Pero por el momento me tienen intrigado.

Ni él mismo se lo creía.

Respecto al Rumble en sí, que es lo que acaba marcando todo el PPV, pues en la misma línea: bien, porque (casi) siempre está bien, pero no está entre los mejores. Como suele pasar, metieron un spot curioso que siempre recordaremos (este año, el de Kofi haciendo el pino para evitar tocar el suelo con los pies, el año pasado el de John Morrison emulando a Spiderman, etc.), algunas sorpresas inesperadas, un poco de comedia, alguna eliminación brutal, alguna otra rápida y cachonda, un luchador que aguanta casi una hora en pie (este año, dos) y una secuencia final intrigante y épica. Dicho así parece fácil, una fórmula infalible. No obstante, hay que bookear a 30 luchadores cada año, asignar a cada uno un papel, que ninguno de ellos la cague y tener todo lo anterior sin que suene a repetitivo, sino fresco y original. Es de esas cosas por las que hay que aplaudir a la WWE, porque tiene mucho mérito, la verdad.

Y ahora vamos con el ganador. Mala decisión, muy mala. Y no es por Sheamus, de verdad que no. No soy su mayor fan, pero de verdad que pienso que el chaval tiene mucho talento. Creo no exagerar si digo que tiene potencial para ser el Stan Hansen del siglo XXI: es un brawler, pero con un tamaño y una fuerza intimidantes, sin que eso impida que sea bastante ágil y rápido. Con esa piel, el pelo, el acento... Llama realmente la atención, y tiene un gimmick que puede llevar perfectamente durante toda su carrera. Le falta micro y sobre todo más dominio de los intangibles del negocio, aunque eso les pasa a casi todos los luchadores de hoy día.

Su mayor hándicap a día de hoy no es él mismo, sino la WWE y su loca gestión de los luchadores, de la que él es víctima paradigmática. Le sobrepushearon estando más verde que los prados de su querida Irlanda, y cuando todavía no había dado tiempo a que siquiera le importase al público, le convierten en campeón. Como no confian en él, le dan un reinado soso que acaba sin pena ni gloria. Le enfeudan con Triple H. Le vuelven a dar el título, otro reinado gris y que termina sin que a nadie le importe mucho, vuelve Triple H y le da una paliza... No ha sido hasta mediados de 2011, quizá por sentirse más liberado de las presiones del principio, que ha demostrado que lo tiene. Como dije hace unos meses, ha crecido mucho, y está sacando reacciones muy buenas del público. Es AHORA cuando debería estar llamando a la puerta de sus primeros main events. Quizá lo único malo es ese (también) precipitado turn face, pero bueno...

Uno de los momentos épicos del evento épico por excelencia.

En todo caso, el problema no es si Sheamus es mejor o peor. El problema es que Sheamus no está lo suficientemente over como para ser un main eventer en Wrestlemania, y todos lo sabemos. Ni de coña van a ponerle a luchar sólo contra Daniel Bryan en Wrestlemania (aunque, como he dicho, dudo que el canijo llegue como campeón a la gran cita). Así que, o le ponen contra un Orton que gane el título en Elimination Chamber, ya que es el único main eventer contra el que podría tener un combate medianamente atractivo de cara al gran público, o tendremos algún tipo de combate múltiple, en el que aparte de Sheamus estén Bryan, Orton y quizá el Big Show. En cualquiera de los dos casos continúa la nefasta tendencia que devalúa la victoria en el Rumble, porque en el peor de los casos comparte el prestigio con otros que habrán hecho menos (en clave kayfabe) para estar ahí, y como mucho a tener un combate que será al menos el cuarto en jerarquía en Wrestlemania. En cualquier caso, mal.

¿Cómo es entonces que ha ganado? Sencillo, lo vengo diciendo hace un tiempo: la WWE a veces cambia los planes en el último minuto para sorprender a todo el mundo, aunque la decisión sea todo menos lógica. Si se rumorea mucho una cosa, la WWE hace la contraria para dar una falsa impresión de frescura. De hecho, es lo que se está comentando en la red que ha pasado. Sinceramente, no me parece la mejor forma de combatir el problema de los spoilers. Por cierto, ahora ya no me queda duda de que la WWE está manipulando intencionadamente rumores precisamente para hacer lo contrario luego. Poco antes del PPV se rumoreó que tanto Mason Ryan como Brodus Clay tendrían un papel importante en el Rumble, como medio de pushearles. Y luego, ni siquiera participaron. Blanco y en botella... WWE, más creatividad en los guiones, y menos chorradas de este tipo.

Eso sí, los últimos minutos entre Jericho y Sheamus han sido espléndidos. Se nota que Chris ha venido a lo que ha venido, a lo que ya hizo durante 2008 y 2009: a elevar el estatus de todos y enseñarles tres o cuatro cosas sobre wrestling a los jovenzuelos. Tíos, que capacidad de contar una historia, que inteligencia la suya. Grande Jericho.

Daniel sigue mandando.

Otra cosa que no me ha gustado del Rumble: demasiada sorpresa. A ver, me gustan las apariciones inesperadas de leyendas, como a todos. Desde hace varios años es un aliciente más del Rumble. Pero es que este año, han entrado: 3 luchadores retirados o semi-retirados (Road Dogg, Foley y Duggan), los tres comentaristas, más Ricardo Rodríguez haciendo un poco el chorra y el regreso de Kharma, que sin duda nadie esperábamos, pero que tampoco sirvió de mucho. Y a eso le añades: Big Show y Dolph Ziggler, que ya habían luchado en combates individuales. En total, 10 de los 30 puestos, un tercio. Muchos, demasiados. Sobre todo porque los han dejado de ocupar Drew McIntyre, Mason Ryan, Tyler Reks, Curt Hawkins, Trent Barreta, Heath Slater, Yoshi Tatsu, Tyson Kidd... No es que sea fan de ninguno de ellos, la verdad. Pero son miembros de la primera plantilla, y el Rumble es una de sus pocas oportunidades de brillar y de aparecer entre los grandes en un escenario de leyenda. No me parece justo que les quiten esa ilusión.

 

En cambio, lo de The Miz y Cody Rhodes fue una muy buena decisión. Por un momento temí que alguno de ellos fuera a ganar viendo lo que estaban durando, lo cual habría sido una elección aún peor que la de Sheamus. Pero no, por una vez fueron sensatos los bookers. Ambos salen así muy reforzados del Rumble.

Y bueno, ya está puesta la directa a Wrestlemania. Al final, como me esperaba, las previsiones se confirman y tendremos un Punk-Jericho que con el tiempo suficiente puede robar el show en Wrestlemania. No lo tendrá, porque a Vince no le gusta que sus planes no se cumplan, y sus planes son que este año todos tenemos que estar atentos al Rock-Cena, pero bueno. No puedo esperar a ver los duelos de micro que nos van a ofrecer. ¡Ah! Y aunque está de más decirlo, si no habéis visto el Punk-Bryan de RAW ya estáis tardando. El por qué la WWE prefiere ofrecerlo gratis y sin apenas promoción es algo que se me escapa por completo. Bueno, no, pero ya me entendéis.

 Aprended chavales, esto es magia.

Y bueno, también se confirma que tendremos un Triple H-Taker III en Wrestlemania. Lo cierto es que después de que Hunter mencionara al Dead Man en un RAW reciente no podíamos esperarnos otra cosa. No era mi opción favorita, pero los precedentes son sencillamente impecables y, lo que es más importante, el lunes ambas leyendas dieron otra lección de lo que es hacer WRESTLING, así con mayúsculas. Joder, que forma de crear tensión, de levantar a la gente de sus asientos sin decir ni una sola palabra. A este tipo de cosas es a lo que me refiero cuando digo que se está perdiendo la vieja escuela de la lucha usamericana.

Eso sí, esto quita un poco el sentido a esa prometida segunda entrada sobre el Taker, y que precisamente iba a tratar sobre el mejor rival para el Dead Man en Wrestlemania. Supongo que la publicaré de todos modos, porque la llevo queriendo escribir hace años.

En todo caso, he de hacer un desagradable anuncio. Me ha salido un segundo trabajo (sí, más de cinco millones de parados y yo pluriempleado) que me va a chupar buena parte de mi tiempo, por lo que en los próximos cinco o seis meses no sé cuanto voy a poder actualizar el blog. Es una pena, porque es precisamente ahora cuando está petando más, y casi cuando estoy disfrutando más de escribirlo, pero la vida es así de perra. Os prometo que haré todo lo que pueda, a ver si al menos cumplo esa hoja de ruta que os tracé en la anterior entrada, pero... En fin, ¡deseadme suerte! (voy a ser profe, ¡glup!)

¡Hasta pronto!