Ya sé que me repito, pero la ocasión lo merece.
Supongo que ya sabréis la noticia, pero por si acaso la cuelgo, vía Solowrestling:
El WWE Raw del Lunes, 10 de Octubre, marcó una audiencia de 3.25, subiendo así dos décimas respecto a la semana pasada y marcando el dato más alto desde el 15 de Agosto, la noche post-Summerslam. Esto muestra un fuerte interés en el desarrollo de la historia en la que el roster da la espalda a Triple H.
La otra gran historia que se desprende de los datos de audiencia es la caída de un 13% en la audiencia de la segunda hora comparada con la primera. Es la caída más fuerte de los últimos cuatro años.
De forma global, el Raw tuvo 5.02 millones de espectadores. La primera hora tuvo 5.38 millones de espectadores, la más alta desde el 23 de Mayo. La segunda se derrumbó hasta los 4.67 millones, mostrando una clara pérdida de interés en la evolución del show reflejándose en los 700000 espectadores que decidieron cambiar de canal.
O sea, que no soy el único que ve cómo una y otra, y otra, y otra vez la WWE se empeña en destruirse a sí misma, planteando ideas brillantes que al poco pisotea miserablemente. Ahí está la prueba: la gente tenía interés en la storyline de los luchadores en huelga contra Triple H, pero en cuanto vio el monstruoso desastre con el que pretendieron continuar el ángulo, prefirió ver futbol americano. Y el desglose de audiencias cuarto por cuarto confirma esta interpretación.
Exactamente igual que se tenía interés en la historia sobre la salida de CM Punk en primavera, pero la mala gestión de la misma fue haciendo perder espectadores por el camino según avanzó el verano. Y tantas otras veces en los últimos años. Dado el declive continuado de las cifras (de todas: ratings, venta de PPV, asistencia a eventos, entradas a web, precio de las acciones...) de la empresa de los McMahon, parece que tampoco soy el único que está hasta los cojones de que me hagan lo mismo una y otra vez. La paciencia se va acabando, y al final más y más gente acaba mandándoles a tomar vientos. Lo cual debería preocupar, y mucho, a una macrocorporación en la que los números cuentan tanto últimamente.
No me sorprende tampoco esta otra noticia que vuelve a contarnos que el guión de RAW se reescribió varias veces... para al final tomar una decisión improvisada y en el último minuto. No es la primera vez que se comenta en los últimos tiempos y viene a confirmar lo que vengo defendiendo desde que abrí este blog: que buena parte de los problemas del wrestling contemporáneo vienen de esta paradójica mezcla de impaciencia y énfasis en el control, tan típica del capitalismo neoliberal. Escribir ocho versiones distintas de un guión para hacer al final lo que se le ocurre al mandamás en el último momento, es que es ridículo. Como los tiempos que vivimos.
En fin. La WWE como metáfora de la vida misma. Al igual que en la vida real, la crisis de la WWE es estructural y no se le ve salida a corto, medio y hasta largo plazo. Y al igual que en la vida real, la única solución que se les ocurre es mantener intactas las recetas que provocan la misma crisis: si el enfermo ha tomado tres litros de jarabe que no sólo no le han curado su gripe, sino que encima le han jodido el sistema digestivo, su problema real no es el que el jarabe no funcione, el problema es que no ha tomado el suficiente jarabe lo suficientemente rápido. Manda cojones.
En la vida real, la crisis del sistema financiero amenaza con arrastrarnos al barro a todos. La crisis de la WWE amenaza con mandar a todo el mundillo del wrestling a freir espárragos. ¿Encontraremos la alternativa a una y otra? Sólo el tiempo lo dirá. Pero la cosa no tiene buena pinta.
Exactamente igual que se tenía interés en la historia sobre la salida de CM Punk en primavera, pero la mala gestión de la misma fue haciendo perder espectadores por el camino según avanzó el verano. Y tantas otras veces en los últimos años. Dado el declive continuado de las cifras (de todas: ratings, venta de PPV, asistencia a eventos, entradas a web, precio de las acciones...) de la empresa de los McMahon, parece que tampoco soy el único que está hasta los cojones de que me hagan lo mismo una y otra vez. La paciencia se va acabando, y al final más y más gente acaba mandándoles a tomar vientos. Lo cual debería preocupar, y mucho, a una macrocorporación en la que los números cuentan tanto últimamente.
Iba a hacer un comentario sobre estrellas y estrellados, pero mejor no caer en más tópicos...
No me sorprende tampoco esta otra noticia que vuelve a contarnos que el guión de RAW se reescribió varias veces... para al final tomar una decisión improvisada y en el último minuto. No es la primera vez que se comenta en los últimos tiempos y viene a confirmar lo que vengo defendiendo desde que abrí este blog: que buena parte de los problemas del wrestling contemporáneo vienen de esta paradójica mezcla de impaciencia y énfasis en el control, tan típica del capitalismo neoliberal. Escribir ocho versiones distintas de un guión para hacer al final lo que se le ocurre al mandamás en el último momento, es que es ridículo. Como los tiempos que vivimos.
En fin. La WWE como metáfora de la vida misma. Al igual que en la vida real, la crisis de la WWE es estructural y no se le ve salida a corto, medio y hasta largo plazo. Y al igual que en la vida real, la única solución que se les ocurre es mantener intactas las recetas que provocan la misma crisis: si el enfermo ha tomado tres litros de jarabe que no sólo no le han curado su gripe, sino que encima le han jodido el sistema digestivo, su problema real no es el que el jarabe no funcione, el problema es que no ha tomado el suficiente jarabe lo suficientemente rápido. Manda cojones.
En la vida real, la crisis del sistema financiero amenaza con arrastrarnos al barro a todos. La crisis de la WWE amenaza con mandar a todo el mundillo del wrestling a freir espárragos. ¿Encontraremos la alternativa a una y otra? Sólo el tiempo lo dirá. Pero la cosa no tiene buena pinta.
Como en todo lo demás, hace falta que en el wrestling se produzca una revolución en toda regla...
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