La realidad me está haciendo una buena presa...
Como habréis podido comprobar, llevo un par de semanas sin actualizar el blog. ¿Por qué?, quizá se preguntaran algunos de mis escasos pero fieles lectores. La respuesta es más sencilla de lo que parece: por nada especialmente relevante. No tengo ganas de escribir de wrestling, ni más más, ni más menos. La actualidad de WWE y TNA sigue pareciéndome absolutamente deprimente y va laminando mis esperanzas cada vez más. Pero tampoco quiero convertir esta entrada en mi enésima diatriba contra el wrestling actual, porque el problema es más de fondo.
Es verdad, si el wrestling actual está mal, pues tu afición se resiente y uno empieza a dedicarle más atención a otros de sus muchos intereses. Pero, por otra parte, estoy en un momento apurado de trabajo y, además, estamos en un momento histórico en el que resulta complicado no estar pendiente de la evolución de los acontecimientos políticos, económicos y sociales. Claro, eso ha hecho que deje de lado el blog unos días...
El resultado inmediato de este descuido ha sido un desplome del número de visitas al blog. Es casi una ley científica: la actualización de un blog y el número de visitas mantienen una relación directa, a más actualización, más visitas y viceversa. Por supuesto, no digo que actualizar a menudo sea la única causa de que un blog sea muy seguido, pero desde luego sí es una condición necesaria. Y lo entiendo, no es ningún misterio el por qué. Yo también sigo muchos blogs y si uno no se actualiza con frecuencia, pues o no entras todos los días, o simplemente te hartas y dejas de seguirlo. Además, cuanto más contenido tenga un blog, más posibilidades tiene de aparecer en vete tú a saber qué extrañas búsquedas en Google, Bing y demás, y por consiguiente de conseguir nuevos seguidores que llegan desde los sitios más insospechados.
El resultado inmediato de este descuido ha sido un desplome del número de visitas al blog. Es casi una ley científica: la actualización de un blog y el número de visitas mantienen una relación directa, a más actualización, más visitas y viceversa. Por supuesto, no digo que actualizar a menudo sea la única causa de que un blog sea muy seguido, pero desde luego sí es una condición necesaria. Y lo entiendo, no es ningún misterio el por qué. Yo también sigo muchos blogs y si uno no se actualiza con frecuencia, pues o no entras todos los días, o simplemente te hartas y dejas de seguirlo. Además, cuanto más contenido tenga un blog, más posibilidades tiene de aparecer en vete tú a saber qué extrañas búsquedas en Google, Bing y demás, y por consiguiente de conseguir nuevos seguidores que llegan desde los sitios más insospechados.
Bajo presión hasta el más guapo parece feo. Y por ahi si que no paso...
Esta situación plantea un problema a los bloggers, una presión por publicar a toda costa que a veces entra en conflicto directo con los objetivos primarios por los que uno abre un blog. Por lo menos ese es mi caso. Como ya comentara en la primera entrada llevaba años dudando sobre la pertinencia de empezar un blog, y en concreto un blog sobre wrestling. Pero uno piensa que tiene algo que aportar y tiene ganas de divertirse escribiéndolo, así que finalmente me decidí a cruzar el rubicón.
Sin embargo, por mucho que se empeñen los artistones de cualquier pelaje, uno no crea algo sólo por el placer de crearlo y si le gusta al mundo mejor. Eso es una trola de calibre XXL, y quién os la cuente está mintiendo más aún que el que os diga que la apariencia no importa. Uno crea (en mi caso, escribe) para que le guste a uno mismo, pero también a los demás. Los que escribimos queremos que nos lean, los que hacen cine quieren que sus pelis se vean y los que hacen música que la gente escuche su música y vaya a sus conciertos. Lo contrario es una triste falacia.
Así que si quieres que te lean, que a los demás les guste lo que haces, pues tienes que hacer ciertas cosas. Algunas de esas cosas te gustan, otras te dan igual, otras te gustan menos, y otras directamente van contra tus principios más queridos. Ahora bien, una cosa es que la estética sea importante, y otra muy distinta es que en la vida sólo importe estar guapo. Y del mismo modo, una cosa es que quiera que me lean y otra muy diferente que esté dispuesto a hacer cualquier cosa porque me lean. La pregunta entonces es ¿hasta dónde está uno dispuesto a llegar para que le lean?, ¿dónde está el punto de equilibrio entre hacer lo que te sale del nabo pero que no lo conozca ni cristo y dejar de hacer lo que te apetece para que te den palmaditas en la espalda?, ¿cuál es el punto medio entre la masturbación y la prostitución?
Para llegar a la cima hay que verter sangre, sudor y lágrimas. Pero, ¿y para quedarse a medio camino?
Supongo que no hay una única respuesta a estas preguntas. Supongo que cada uno tendrá la suya, y que responderá fundamentalmente a los objetivos que cada uno se marque con lo que hace. En mi caso lo tengo claro: no voy a hacer nada que haga que deje de divertirme escribiendo. Con este blog no tengo intención de sacar dinero, ni de hacerme famoso, ni de cambiar la historia del wrestling. Simplemente creo que tengo una visión chula y original del wrestling y quería compartirla con los demás, y pasármelo pipa haciéndolo. Si no consigo eso, ¿para qué quiero este blog? Esta es la encrucijada en la que me encuentro.
En fin, esas son las reglas del juego y hay poco que hacer al respecto. Más o menos las conocía antes de ponerme manos a la obra, pero hasta que uno no está metido en harina no es plenamente consciente de lo que implica. Uno puede intuir lo que supone tener un hijo, pero realmente no lo sabe hasta que se convierte en padre. Del mismo modo, no experimentas todos estos problemas hasta que no te conviertes en blogger. Empiezas a escribir tan felíz y las cosas te van saliendo, porque bueno, modestamente uno tiene talento para esto, las cosas como son. Y te ilusionas según el número de visitas va subiendo.
Pero de repente un día te ves pegado a las estadísticas de Blogger, preocupado porque las visitas han bajado. Ay dios, ¿qué hago? Y te pones a leer y a escribir, y vas remontando, y te ilusionas de nuevo. Pero te entra una medio crisis, si a esto se le puede llamar así, como la de estas dos semanas, y poco a poco vas pasando de la preocupación al desinterés, del desinterés al "jo tío, qué coñazo", y de ahí a cogerle hasta un poco de tirria al puñetero blog. Parece como un matrimonio tópico, de esos que pasan del amor idílico a un divorcio violento tras un paso prolongado por la indiferencia. Y por ahí si que no paso. No quiero preguntarme "cómo he llegado a esto" o "en qué momento se torció todo". No lo hago en ningún aspecto de mi vida, menos lo voy a hacer con un blog de wrestling.
No sé si es buen momento para salir del armario, pero de perdidos al río: Brutus es uno de mis ídolos de la infancia. Me la suda lo que penséis.
Que quede claro, no he hecho mucho que no quisiera hacer por subir el número de lecturas. Simplemente he aumentado el número de entradas más allá de lo que tenía pensado cuando abrí el blog y me he visto obligado a estar más pegado a la actualidad de lo que había previsto. Comentarios breves de noticias y cosas así que de otro modo me hubiera limitado a colocar en un foro o página de Facebook, pero procurando darles, como es lógico, una extensión y profundidad mayores. Ojo, algunas de las mejores entradas de este blog, o al menos algunas de las que más he disfrutado escribiendo, empezaron así. Pero cuando a uno le llega la necesidad de parar, se siente frustrado por no poder hacerlo a riesgo de caer en el olvido.
Por otro lado, tampoco estoy teniendo mucho feedback, a pesar de solicitarlo varias veces. Sé que estáis ahí, pero tampoco me habláis mucho. No sé que pensar al respecto.
Así pues, ¿cuál es el camino a seguir? No lo sé. Es difícil decirlo. El cuerpo me pide cerrar el chiringuito, pero no soy amigo de tomar la salida fácil ni decisiones en caliente. Además, sigo teniendo ganas de escribir de muchas cosas que tengo en la cabeza. Pero sé que en los próximos meses voy a estar muy jodido de tiempo y me va a ser muy complicado mantener el blog activo, por lo menos tanto como para seguir creciendo, o como poco mantener un número decente de visitas. Tal vez tenga que superar mi proverbial timidez y promocionar más cada entrada, aunque sean pocas. Desde luego algo muy gordo tiene que pasar para seguir al día WWE y TNA, porque la verdad es que ambas me han ilusionado en 2011, y ambas me han decepcionado a lo grande.
No pongas esa cara Davey, no todo está perdido.
Por favor, no penséis que me estoy poniendo en plan "oh, digo que me voy para que me digan que no me vaya". No es eso, no soy ningún llorica. Como digo, sé que estas son las reglas del juego, y uno ha de aceptarlas si quiere tener un blog. De momento sólo os comparto mi frustración, pero no tomo ninguna decisión drástica. Mañana mismo voy a colgar una reseña de DVD de un luchador que suele gustar a todo el mundo que ya he terminado de escribir, y pasado ya veremos.
Supongo que es un error decir estas cosas porque es la forma más segura de que la gente deje definitivamente de leerte, pero yo soy así: brutalmente sincero. Prefiero deciros estas cosas a la cara y que sea lo que Flair quiera. Si decidís abandonarme definitivamente sólo me queda daros las gracias por estar ahí, a pesar de todo ha sido un auténtico placer.
¡NOS LEEMOS!