Vale, esto mola. Pero no sólo de volteretas vive el wrestling...
Después de tanta crítica y tanta bilis, va siendo hora de que hablemos también de lo bueno que ha aportado TNA en estos casi diez años que la promoción lleva abierta. Al fin y al cabo, no iba a dedicarles tantos post si no creyera que merece la pena, aunque sea un poquito. Y cuando se habla de lo bueno de TNA, inmediatamente vienen dos palabras a la mente: X-Division. No son pocos los que opinan que la famosa división "sin límites" representa la verdadera esencia de la empresa de Orlando, y que es gracias a ella que hoy día sea la segunda promotora de wrestling en EE.UU.
Supongo que es cierto. Pero discrepo enormemente de aquellos que piensan que el futuro de TNA pasa por que la X-Division sea el centro de la promoción. Que sí, que me molan las cabriolas, los saltos mortales, el wrestling aéreo y la acción trepidante. Pero no dejo de ser un fan old school. Lo que más me gusta del wrestling es la épica y el componente de telenovela que tiene. La lucha libre basada en spots no me hace gracia, la verdad. Como a cualquiera, me agrada ver un combate de ese estilo aquí y allá, generalmente para abrir un show. Pero no que lo sea todo. Es por eso que nunca me ha terminado de enganchar la lucha libre mexicana y el puroesu. Se me tuerce el gesto cuando veo más de un combate en el que apenas hay psicología, en el que un luchador recibe un 450º Splash y a continuación se levanta para hacerle un moonsault al rival. No puedo con eso, la verdad.
No sé, es verdad que vivimos una época en la que los productos culturales más exitosos son aquellos caracterizados por mantener un ritmo frenético y centrarse más en la espectacularidad de las hechuras que en el contenido que presentan. El videojuego y el spot publicitario son los modelos culturales de referencia, y a ellos se adaptan cada vez más el cine, el comic y a veces hasta la novela o el arte contemporáneo (véase si no el auge de la perfomance, con su énfasis en lo efímero, lo irrepetible de la experiencia y lo epatante). Es posible que el wrestling del siglo XXI tenga que emplear también esos moldes, nos guste o no a aquellos que hemos crecido con otros patrones culturales. La X-Division es un poco eso, así que quizá "comercialmente" tengan razón quienes creen que debe ser el centro de TNA.
Hay sin embargo un precedente que puede desmentir un tanto esa idea. No sé si recordáis la breve andadura de Wrestling Society X, aquella promoción con la que MTV trató de introducirse en el mundillo. Era un perfecto ejemplo de ese posible wrestling futurista, sin psicología, sin desarrollos largos de storylines, sin dar un respiro al espectador ni dentro ni fuera del ring. Y se la pegó bien pegada. Por otro lado, si hay algo que está robando espectadores al wrestling, esas son las MMA, que no se caracterizan precisamente por un ritmo trepidante. Así que la cosa no está tan clara.
Yo creo que la X-Division debería mirarse en el espejo de la exitosa división cruiser de la WCW: su espectacularidad es un buen escaparate para figuras jóvenes y hambrientas, que de allí pueden saltar a cotas mayores si tienen lo que hay que tener. Como en su día hiciesen Eddie Guerrero, Chris Jericho, Dean Malenko o Rey Mysterio. O en la misma TNA los AJ Styles, Samoa Joe, Christopher Daniels o incluso los Motorcity Machine Guns de mi admirado Chris Sabin, mi favorito de siempre de la X-Division. Son luchadores que han sabido crecer más allá de los festivales de spots, aunque empezaran en esas lides. Eso es lo que en mi opinión debería seguir suponiendo la X-Division para TNA: una buena bandera de enganche para mucha gente, pues su vistosidad puede atraer tanto al aficionado casual como al hardcore fan, y al mismo tiempo una cantera de futuras estrellas.
Otra cosa es que desde la llegada de Vince Russo, y mucho más en la oscura era de Hogan y Bischoff, la X-Division no sea ni una cosa ni la otra. Ni el centro de todas las miradas, ni una atracción importante, pero secundaria. Actualmente es poco menos que nada. Ya digo que me parece que la X-Division está un tanto sobrevalorada por algunos aficionados, pero es indiscutible que ha sido una de las claves más importantes del relativo éxito de TNA. Cargársela como se la han cargado me parece una de las decisiones más nefastas de estos tres caballeros.
Dicho esto, diré que lo que siempre me ha encantado de TNA, en lo único que creo que ha dado sopas con onda a la WWE durante los últimos diez años, es en su división tag. En una era en la que, con dos campeonatos y todo, la WWE se ha empeñado en mandar a paseo el wrestling por equipos, TNA siempre contó con tags magníficos y les dio importancia en sus programas: America's Most Wanted, Triple X, Team Canada, The Naturals, 3LiveKru, LAX (¡que patético remedo de ellos son los Mexican America!), Beer Mooney, The Motorcity Machine Guns... hasta los Dudleys han acabado dando un buen espectáculo tras unos primeros años dubitativos en la empresa de Panda Energy. Incluso parejas más o menos circunstanciales, como aquella formada por AJ Styles y Christopher Daniels, han dado feuds molones. Para un fan de la vieja escuela como yo, ver el wrestling por parejas en el lugar que le corresponde ha sido uno de los mayores alicientes para no mandar a TNA a tomar vientos pese a lo mucho malo que, por lo general, nos ofrecen.
Y por último, también me gustó la división Knockout en su momento. Tanto, que me pareció casi lo mejor de la etapa de Russo como booker principal, antes de que llegaran Hogan y Bischoff al poder (más o menos entre 2006 y 2009). Y no debe ser a mí solo, porque por regla general las Knockouts solían llevarse los ratigs más altos de los Impact! O sea que sí, que por mucho que piensen algunos, la lucha femenina interesa y se pueden hacer cosas chulas con ella. Aunque por supuesto TNA nunca ha renunciado a usar sus chicas como pedazos de carne para reclamo del fan pajillero, al menos no se limitaba a hacer pasar la lucha femenina por desfiles de modelos o concursos de bikinis. Durante un tiempo, las Knockouts mostraron que con tiempo y guiones interesantes podían dar mucho de sí, y muchos lo agradecimos.
Vamos, que lo que a mí me parecía que TNA era fuerte es precisamente en aquello que la WWE lleva una década siendo débil: en su división ligera, en su división femenina y sobre todo en su división tag. Y curiosamente, las tres han sido maltratadas hasta reducirlas a su insustancial estado actual por Russo, Hogan y Bischoff. Bien hecho genios. Habéis estropeado aquello que podía hacer a TNA diferente de WWE. Y en cambio, habéis querido competir con el gigante de Connecticut con sus mismas cutres armas, pero con menos medios. El resultado, a la vista está.
Pero bueno, ahí están ellos renovando y cada vez con más poder. ¿Alguien lo entiende? No. La ausencia de justicia es tan real en el wrestling como en cualquier otro aspecto de la vida...
Supongo que es cierto. Pero discrepo enormemente de aquellos que piensan que el futuro de TNA pasa por que la X-Division sea el centro de la promoción. Que sí, que me molan las cabriolas, los saltos mortales, el wrestling aéreo y la acción trepidante. Pero no dejo de ser un fan old school. Lo que más me gusta del wrestling es la épica y el componente de telenovela que tiene. La lucha libre basada en spots no me hace gracia, la verdad. Como a cualquiera, me agrada ver un combate de ese estilo aquí y allá, generalmente para abrir un show. Pero no que lo sea todo. Es por eso que nunca me ha terminado de enganchar la lucha libre mexicana y el puroesu. Se me tuerce el gesto cuando veo más de un combate en el que apenas hay psicología, en el que un luchador recibe un 450º Splash y a continuación se levanta para hacerle un moonsault al rival. No puedo con eso, la verdad.
Estéticamente impecable. Luchísticamente no indiscutible.
No sé, es verdad que vivimos una época en la que los productos culturales más exitosos son aquellos caracterizados por mantener un ritmo frenético y centrarse más en la espectacularidad de las hechuras que en el contenido que presentan. El videojuego y el spot publicitario son los modelos culturales de referencia, y a ellos se adaptan cada vez más el cine, el comic y a veces hasta la novela o el arte contemporáneo (véase si no el auge de la perfomance, con su énfasis en lo efímero, lo irrepetible de la experiencia y lo epatante). Es posible que el wrestling del siglo XXI tenga que emplear también esos moldes, nos guste o no a aquellos que hemos crecido con otros patrones culturales. La X-Division es un poco eso, así que quizá "comercialmente" tengan razón quienes creen que debe ser el centro de TNA.
Hay sin embargo un precedente que puede desmentir un tanto esa idea. No sé si recordáis la breve andadura de Wrestling Society X, aquella promoción con la que MTV trató de introducirse en el mundillo. Era un perfecto ejemplo de ese posible wrestling futurista, sin psicología, sin desarrollos largos de storylines, sin dar un respiro al espectador ni dentro ni fuera del ring. Y se la pegó bien pegada. Por otro lado, si hay algo que está robando espectadores al wrestling, esas son las MMA, que no se caracterizan precisamente por un ritmo trepidante. Así que la cosa no está tan clara.
AJ, un buen modelo del tránsito de la X-Division al estrellato
Yo creo que la X-Division debería mirarse en el espejo de la exitosa división cruiser de la WCW: su espectacularidad es un buen escaparate para figuras jóvenes y hambrientas, que de allí pueden saltar a cotas mayores si tienen lo que hay que tener. Como en su día hiciesen Eddie Guerrero, Chris Jericho, Dean Malenko o Rey Mysterio. O en la misma TNA los AJ Styles, Samoa Joe, Christopher Daniels o incluso los Motorcity Machine Guns de mi admirado Chris Sabin, mi favorito de siempre de la X-Division. Son luchadores que han sabido crecer más allá de los festivales de spots, aunque empezaran en esas lides. Eso es lo que en mi opinión debería seguir suponiendo la X-Division para TNA: una buena bandera de enganche para mucha gente, pues su vistosidad puede atraer tanto al aficionado casual como al hardcore fan, y al mismo tiempo una cantera de futuras estrellas.
Otra cosa es que desde la llegada de Vince Russo, y mucho más en la oscura era de Hogan y Bischoff, la X-Division no sea ni una cosa ni la otra. Ni el centro de todas las miradas, ni una atracción importante, pero secundaria. Actualmente es poco menos que nada. Ya digo que me parece que la X-Division está un tanto sobrevalorada por algunos aficionados, pero es indiscutible que ha sido una de las claves más importantes del relativo éxito de TNA. Cargársela como se la han cargado me parece una de las decisiones más nefastas de estos tres caballeros.
Chris Sabin, una debilidad personal. Creo que merece más de lo que tiene.
Dicho esto, diré que lo que siempre me ha encantado de TNA, en lo único que creo que ha dado sopas con onda a la WWE durante los últimos diez años, es en su división tag. En una era en la que, con dos campeonatos y todo, la WWE se ha empeñado en mandar a paseo el wrestling por equipos, TNA siempre contó con tags magníficos y les dio importancia en sus programas: America's Most Wanted, Triple X, Team Canada, The Naturals, 3LiveKru, LAX (¡que patético remedo de ellos son los Mexican America!), Beer Mooney, The Motorcity Machine Guns... hasta los Dudleys han acabado dando un buen espectáculo tras unos primeros años dubitativos en la empresa de Panda Energy. Incluso parejas más o menos circunstanciales, como aquella formada por AJ Styles y Christopher Daniels, han dado feuds molones. Para un fan de la vieja escuela como yo, ver el wrestling por parejas en el lugar que le corresponde ha sido uno de los mayores alicientes para no mandar a TNA a tomar vientos pese a lo mucho malo que, por lo general, nos ofrecen.
Y por último, también me gustó la división Knockout en su momento. Tanto, que me pareció casi lo mejor de la etapa de Russo como booker principal, antes de que llegaran Hogan y Bischoff al poder (más o menos entre 2006 y 2009). Y no debe ser a mí solo, porque por regla general las Knockouts solían llevarse los ratigs más altos de los Impact! O sea que sí, que por mucho que piensen algunos, la lucha femenina interesa y se pueden hacer cosas chulas con ella. Aunque por supuesto TNA nunca ha renunciado a usar sus chicas como pedazos de carne para reclamo del fan pajillero, al menos no se limitaba a hacer pasar la lucha femenina por desfiles de modelos o concursos de bikinis. Durante un tiempo, las Knockouts mostraron que con tiempo y guiones interesantes podían dar mucho de sí, y muchos lo agradecimos.
Convendremos que, al menos hace unos años, la belleza no era el único criterio para ser campeona femenina en TNA.
Vamos, que lo que a mí me parecía que TNA era fuerte es precisamente en aquello que la WWE lleva una década siendo débil: en su división ligera, en su división femenina y sobre todo en su división tag. Y curiosamente, las tres han sido maltratadas hasta reducirlas a su insustancial estado actual por Russo, Hogan y Bischoff. Bien hecho genios. Habéis estropeado aquello que podía hacer a TNA diferente de WWE. Y en cambio, habéis querido competir con el gigante de Connecticut con sus mismas cutres armas, pero con menos medios. El resultado, a la vista está.
Pero bueno, ahí están ellos renovando y cada vez con más poder. ¿Alguien lo entiende? No. La ausencia de justicia es tan real en el wrestling como en cualquier otro aspecto de la vida...