miércoles, 22 de febrero de 2012

Crónica de una decepción anunciada

Kofi a lo suyo: algunos spots espectaculares y un buen rato haciendo de saco de boxeo humano

Ay,  ay, ay, qué vamos a hacer contigo WWE. Si es que la culpa es nuestra, por ilusos. Si la cosa tenía ya muy mala pinta, ¿por qué iba a ser diferente a lo que esperábamos? Pues porque sí, porque los fans del wrestling somos así. Este negocio es una pasión y no nos queda otra que ilusionarnos, aunque sea con poquito. Y luego, venga palo, venga otro palo. Y siempre volvemos a por más. Es como estar enamorado de una mala pareja (no hace falta concretar género, mejor ahorrarnos suspicacias innecesarias), de esas que te ponen los cuernos y sabes que volverá a hacerlo. Pero tú te engañas, y cada vez te dices a tí mismo que esta vez es diferente, que esta vez cambiará. Pero claro, nunca lo hacen. Es una jodida situación sin salida.

Ser fan de la WWE en estos oscuros tiempos es tal que así. En la última entrada expuse los motivos por los que no me gusta Elimination Chamber, no el gimmick match, sino el PPV. Dije y me reafirmo que está deteriorando a pasos agigantados el Road to Wrestlemania. Pero acabé pidiendo a la empresa de los McMahon que ya que no hacen las cosas como deberían, por lo menos que se currasen este PPV. Mira que prepotente, dirán, diciéndole a McMahon lo que debe hacer. Probablemente sea así, pero qué queréis que os diga, como aficionado que se deja mucha pasta en la WWE me siento en ese derecho. En el derecho de exigirles calidad. ¿Querías calidad? Toma siete tazas.

Vaya PPV malo, lo cual no me enfadaría tanto (al fin y al cabo la WWE hace decenas de PPV's malos) si no fuera porque Wrestlemania está a sólo 6 semanas. Que forma de enmierdar su propia leyenda, cojones.¿Por dónde empezar? Difícil, hay tanto que criticar... A ver, así para ir calentando se han cargado la rivalidad entre CM Punk y Chris Jericho. Sin más paños calientes lo digo. Desde el momento en que les pusieron juntos en la Chamber, la cosa tenía mal arreglo, porque si querían vender su enfrentamiento en Wrestlemania como algo épico y único ninguno de los dos podía perder. Pero claro, uno tenía que hacerlo. ¿Cuál es la decisión? Tirar por la calle de enmedio: Punk hace quedar a Jericho como una nena y santas pascuas.

domingo, 19 de febrero de 2012

Elimination Chamber

Un combate brutal en un mal momento

Bueno, pues lo voy a decir ahora, unas horas antes de que empiece el PPV: no soy nada fan de Elimination Chamber. No tanto del gimmick match como del PPV que desde 2008 secunda al Rumble en el camino a Wrestlemania. Y no me gusta por varias razones. Primera y principal, en mi opinión devalúa notablemente la victoria en el Royal Rumble. O sea, llevas casi veinte años vendiéndome que ganar el Rumble es la hostia porque así das a un luchador la oportunidad de pelear en el main event de Wrestlemania por lo máximo: el campeonato del mundo. Pero ahora, pones en medio de los dos acontecimientos un PPV en el que aparte del ganador del Rumble y los dos campeones hay otros siete luchadores que pueden optar a ganar uno de los dos grandes cinturones y llegar al gran evento en tan privilegiada posición. Es evidente que así no hay forma de que sigamos tragándonos que ganar el Rumble es una oportunidad única.

Y diréis: ¡no es lo mismo tener una oportunidad por el título en Wrestlemania que en cualquier otro PPV! Y os diré: sí, pero si sales de la Chamber como campeón, llegas como campeón a WM. Ergo, al final, es mejor ir a la Chamber que ganar el Rumble. Por no mencionar que, como ya hemos dicho por aquí, hace tiempo que quién gana el Rumble, ni va al main event de Wrestlemania, ni consigue hacerse con campeonato alguno. Mal, muy mal.

En segundo lugar, el tener Elimination Chamber en febrero retrasa el inicio del Road to Wrestlemania un mes. Antiguamente las storylines principales de cada Wrestlemania se fraguaban, como poco, a partir del Rumble. Eso daba tres meses de ángulos importantes, aunque unos se desarrollasen mejor que otros. Desde que hay PPV en febrero han ido dejando hasta después de pasado este el comienzo de muchas de las historias que deben desembocar en el evento más importante del año. Y desde que ese PPV es Elimination Chamber, más. Sinceramente, no es lo mismo tener 40 que 120 días de historias interesantes. La Wrestlemania es cada vez menos Wrestlemania, como el Rumble menos Rumble, Summerslam menos Summerslam y Survirvor Series menos Survirvor Series.

lunes, 13 de febrero de 2012

Y a todo esto...

No sería la primera vez que resurgiera de sus cenizas...

Desde que escribí la entrada sobre la retirada del Taker no hago más que pensar en una posibilidad que no había tenido en cuenta: ¿y si no fuera a retirarse este año? 

Yo he dado por hecho que esta sería su última Wrestlemania por dos razones. Primera, porque lleva casi doce meses tratando de recuperarse de un solo combate. Segunda, que de ganar otra vez en el evento más grande del mundo del wrestling (que lo hará) dejará su marcador en 20-0, un número redondo, ideal para dar carpetazo a su ilustre y brillantísima carrera.

Pero, ¿y si aún le queda gasolina?, ¿y si le preservan sólo para unos pocos momentos seleccionados cada año, uno de ellos Wrestlemania claro está? Cuesta creerlo. Cuesta creer que su cuerpo vaya a dar para tanto y que el mismo Deadman acepte ser una caricatura de sí mismo. Cuesta creer que se arriesguen a que padezca una lesión grave. Porque además, si le mantienen no va a ser para un solo año más, sino como poco para que llegue a Wrestlemania XXX. Y quedan más de dos años para eso. Demasiado arriesgado creo yo.

Claro que todo es posible en la WWE. Espero que esta vez no, porque no quiero ver a otro de mis ídolos arrastrando su leyenda machacada por la edad y los dolores.

martes, 7 de febrero de 2012

La racha


Hágase la luz, pase otra víctima.

Quizá haya otros aficionados veteranos que puedan corregirme, pero no recuerdo que nadie hablase demasiado de la racha imbatido del Deadman en el evento más grande del año hasta el 10-0 contra Ric Flair en Wrestlemania X-8. Hasta ese momento no se le prestaba demasiada atención. La presencia del Taker siempre ha sido un atractivo en el cartel de WM, claro. Pero hasta aquel año, la posibilidad de emborronar el inmaculado curriculum de The Phenom en la Superbowl del wrestling no suponía valor añadido alguno. Es natural. Al fin y al cabo, hay muchos luchadores que no han perdido en Wrestlemania y nadie parece reparar en ello. Rob Van Dam y Earthquake nunca fueron derrotados en el evento de eventos, por ejemplo. Edge llegó a estar 5-0, pero no fue hasta 2006 que este hecho empezó a usarse en storylines (curiosamente, después perdió durante cuatro años consecutivos). No es algo que se haya planificado, simplemente sucedió. Hasta que todos nos dimos cuenta de lo que significaba llevar un 10-0, y la cosa empezó a adquirir vida propia.

Como tantas otras cosas en la carrera del Taker, no puedo evitar sospechar que la racha ha sido cuestión de suerte. De hecho, podría haber acabado antes de empezar. Las leyendas cuentan que el bookeo original de Wrestlemania VIII contemplaba que el Ultimate Warrior venciese limpiamente a nuestro querido Deadman (¡quién se iba a imaginar entonces que el Taker iba a acabar teniendo un legado muy superior al del Warrior!). Pero los imponderables hicieron que todos los planes para aquella Wrestlemania se reescribiesen a última hora, y que un Phenom recién cambiado a face se las viera con el cara de piedra de Jake "The Snake" Roberts, que entonces apuraba sus últimos momentos en la empresa de los McMahon. Y de ahí a la eternidad...

Desde Wrestlemania X8, como decía, la cuestión de la racha empezó a adquirir los tintes épicos que hoy nos son tan familiares. Y ha obligado a los creativos a enfocar de otro modo las rivalidades del Deadman en el acontecimiento central de la temporada luchística. Ya no es tan factible lanzarle el grandullón de turno para que el Taker le machaque y mandar a la gente contenta a casa, que es lo que de un modo u otro había sucedido hasta 2002. No, nadie se tragaría que un Great Khali, un Viscera o un Brodus Clay pudiera quitarle el invicto al Deadman. La racha perdería valor y dejaría de dar tantos dólares, que es de lo que va todo esto en última instancia.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Reflexiones de urgencia sobre el Rumble

El spot curioso de cada Rumble. Los jodíos siempre consiguen colarte una.

Bueno, pues ya he visto el Rumble y el RAW posterior y se imponen algunos comentarios. Sobra decir que a partir de aquí hay spoilers, así que quién no lo haya visto y quiera mantener el suspense, que se lea la entrada en una semana (no voy a decir que no la lea, claro). ¿Estamos todos? Bien.

En general me ha parecido un evento correcto, sin más. El combate del world heavyweight championship bien, deja de nuevo en buen lugar a Daniel Bryan. El de CM Punk y Dolph Ziggler muy bueno, aunque me da rabia que no les dieran diez minutos más para echar la casa abajo, porque cada vez que se encuentran saltan chispas. Sobre todo si usan esos diez minutos en dos combates no anunciados y que no interesaron a absolutamente nadie. En fin, dejémoslo de lado, porque es de esas cosas en las que parece que la WWE encalla una y otra vez, inasequible al fracaso. Como digo, con diez minutos más, Punk y Ziggler habrían dado el primer candidato a combate del año (si no lo es ya este), y cojones, a Dolph le hubiera venido de perlas para elevar su estatus definitivamente a candidato creíble. Le veo ganando Money in the Bank en Wrestlemania, a él o a Cody Rhodes, los dos luchadores que, junto al propio Bryan, más están creciendo en los últimos tiempos.

Lo de Cena y Kane... bueno, el combate estuvo bien a secas. Lo que me sigue molando es la historia que están desarrollando los dos, y que progresó adecuadamente tanto en el Rumble como en RAW. Tengo curiosidad por ver a dónde la llevan, aunque insisto en que no será a un turn heel del Marky Mark del wrestling. De hecho, mucho me temo que acabarán haciendo que Cena salga fortalecido del trance, habiendo superado su lado oscuro, un poco como una versión cutre de Star Wars o del Batman de Arkham Asylum. Pero por el momento me tienen intrigado.