Tengo ganas de ver a John Cena explotar...

Trata de parecer furioso, pero sólo consigue parecerse a Pepe Potamo. ¡Pringao!

Cena, Cena. ¿Qué va a ser de tí? Hagas lo que hagas estás marcado para siempre. Eres al wrestling lo que Matt Damon al cine: símbolo de una era decadente, un icono que tratan de hacernos creer es tan bueno como los grandes del pasado, cuando no eres más que un meditado producto de marketing que sólo se tragan los niños y los ingenuos. Curiosamente, compartes con esa caricatura de actor la misma cara de niño guapo pero un poco alelado, de chico bueno de la clase que se hace el malo diciendo ¡Uau! Tu gimmick te va al pelo: un rapero blanco de clase media, acríticamente patriota, defensor de todo lo bueno y justo, aunque no me toques que me pongo chungo, ¿eh? El yerno que quieren todas las suegras, el empleado fiel y leal que no levanta la voz al jefe, el modernete que va con las modas. Un hijo de Abel, que dirían Barón Rojo. Eso eres Cena: un pringao devenido superhéroe.

Y yo sé que no todo es culpa tuya, John. No eres tú quien te bookea los combates, no fue idea tuya dejar de rapear y hacerte el marine (si vuelves la vista atrás me tendrás que reconocer que hacer aquella película le vino muy mal a tu carrera), no has sido tú quién se ha señalado como ídolo de niños. Pero concédeme esto Cena: podrías haber puesto más de tu parte para evitarlo. Todos los grandes, esos con los que tanto se te compara, llegado el momento ponían los huevos encima de la mesa y decían NO. No se trata de politiquear, no es cuestión de llegar a la WCW de los 90 o a la tiranía que The Kliq ejerció sobre la WWF a mediados de esa misma década. No hay que llegar a lo que hizo Steve Austin en 2002, ni a colocar a todos tus colegas, como Hulk Hogan.

Simplemente se trata de echarle pelotas Cena. De negarte a ciertas cosas. ¿Te imaginas a Stone Cold o a Hogan aceptando que un luchador retirado les humillase en el main event de Wrestlemania? No way, tú lo sabes. Y no era la primera vez que tenías que tragarte un sapo de ese calibre. ¿Recuerdas ECW One Night Stand 2006? Miles de fans de la vieja ECW abucheándote, los insultos que te llovían, su lacerante desprecio, cómo se reían de ti. Y antes aún, en el main event de Wrestlemania 22, y después en Money in the Bank 2011... Allí estuviste tú, aguantando con estoicismo todos aquellos vapuleos públicos. Algunos lo llamarán profesionalidad. Pero no lo es. Pisotear de esa forma la dignidad de una persona nunca puede serlo.

   Cena: eres al wrestling lo que Marky Mark a la música.

John, no te engañes. Desde luego que la WWE te ha dado mucho. Todo lo que tienes. Pero nada justifica ser tratado de esa forma. ¿No lo ves? Eres un juguete en sus manos, te usan como les da la gana, eres mercancía, ganado. Si les conviene, te humillan. Y no me vengas con que el wrestling es así. Los fans sabemos distinguir perfectamente cuando alguien está interpretando un papel o no. En el oficio de heel va ser machacado por los faces, como a los malos les toca morir al final de las pelis. Si lo hacen bien, todos les reconocemos su mérito, aunque cuando estén en pantalla o en el ring nos toque odiarlos. Lo tuyo es diferente. La WWE hace dinero con el desprecio real que inspiras a mucha gente. ¿Es que no te subleva que te traten así?

Es por eso Cena que cuando quieres ponerte gallito y feroz, a los fans nos cuesta creerte. ¿Te acuerdas de cuándo intentaste convencernos de que los Nexus te habían llevado al límite? Ah, sí, con los novatos sacas lo mejor de ti mismo, con el poder te callas. Así es imposible que te traguemos Cena. Sabemos que inclinas la cerviz con el que manda, ¿cómo quieres que nos importe que le zurres la badana a los chavales, por muy imposible que te hagan la vida? 

Y luego están todas esas infantiles promos que te obligan a hacer. ¿Dónde está aquel joven que hacía raps afilados?, ¿aquel novato hambriento que daba caña a sus rivales con estilo?, ¿es que se secó tu creatividad nada más ganar tu primer campeonato mundial? No mucho después pretendías ser cool llamando He-Man y Skeletor a HHH y Edge. ¿Qué coño era eso Cena?, ¿qué puñetera mierda es? No digamos ya el famoso feud con The Rock. ¿No te cansa que Rocky te pase por encima al micro? De verdad, ¿cuántas veces vas a repetir eso de que tú has estado aquí dejándote la piel mientras él se dedicaba a hacer cine? Por decirlo mil veces no va a sonar mejor. Hasta The Miz se mostró bastante más brillante que tú el año pasado.

The Rock enseñando un par de cosas a Juanito

¿Y tus combates Cena? Al final, esto es lo que más importa, y has de reconocer que no puedes presumir de un curriculum tan lustroso como las leyendas del pasado. ¿Y sabes lo que más me duele? Que sé que tienes talento suficiente como para hacerlo mejor. No hace falta recurrir a los dos mejores combates de tu carrera, aquel con Shawn Michaels en RAW y el del año pasado con CM Punk en Money in the Bank. Hay más ejemplos sólo un poco menos brillantes, como el Last Man Standing contra Umaga en Royal Rumble 2007 o prácticamente todas las veces que te enfrentaste a Edge, tu mejor rival, tu auténtico némesis, con quien compartiste un feud memorable en 2006. También has dado el callo con otros compañeros de generación, como Batista o Randy Orton... Pero, ¿y con Kurt Angle?, ¿o con Chris Jericho?, ¿o con HHH?, ¿cómo es posible que no fueras capaz de tener un gran combate con luchadores de este calibre? 

Es el mismo problema de siempre, Cena. Has aceptado todo lo que la WWE te ha dicho que hagas, has renunciado a ser tú mismo. Y por eso te has tenido que comer docenas de combates en los que te limitas a hacer cuatro cosas para sacarte la victoria de la manga. Peleas repetitivas, aburridas, sin historia, sin sacar todo lo que llevas dentro. Tú lo sabes y yo lo sé, Cena. Cuando te dejan, demuestras que puedes. Vale, no eres un Bret Hart, ni un Ric Flair. Pero eres probablemente el luchador con más fuerza real de la WWE, mucho más que montañas de músculos hinchadas de agua, como Batista o Lashley, aunque algunos fanboys te hayan acusado injustamente de lo contrario. Has demostrado que eres capaz de levantar a cualquiera, por grande y pesado que sea. Te hemos visto incluso levantar al Big Show y a Edge a la vez, en el único momento icónico que deparó aquel combate en Wrestlemania 25. Eso es un valor por sí mismo. No vas mal de agilidad y velocidad tampoco. Y sé que tienes capacidad para contar una buena historia, para sacar provecho de tu rival y una psicología más que respetable. Lo has demostrado Cena, ¿por qué no lo haces siempre?

Los dos sabemos por qué. Porque desde que la WWE se decidió a apostar por ti como campeón decidieron que ibas a ser una mezcla de las dos grandes estrellas históricas de la empresa: Hulk Hogan y Steve Austin. Querían que hicieras como ellos, que ganaras en explosiones cortas de poder y furia que volviesen loca a la gente. En realidad, todo tu personaje está basado en esa idea, en ser el gran héroe americano como Hogan, pero con unas gotitas de picante a lo Stone Cold. ¿Pero sabes cuál es el problema Cena? Que esas cosas no se pueden planificar en un laboratorio. Si Hogan y Austin llegaron a ser tan enormes, tan gigantescos, es porque ellos mismos hicieron crecer sus personajes y además conectaron con el zeitgeist de su época, con los gustos de la audiencia de su era. Y por mucho que se empeñen las multinacionales, esas cosas no se pueden fabricar. Simplemente suceden. Alguien con talento y visión encaja, está en el momento y en el lugar adecuados, y ya está. Es imposible producirlo en serie. Y tú eres la prueba Cena.

       Reconócelo Cena, le echas de menos...

Cena, en el fondo de tu corazón sabes que la cosa podría haber sido muy diferente. Ya te digo, nunca he sido tu mayor fan. Pero al principio de tu carrera, allá por 2002 y 2003, veía algo muy distinto en ti, algo que perdiste en el mismo momento en que conseguiste tu primer campeonato mundial en Wrestlemania 21. Te recuerdo como un joven hambriento y agresivo en tu debut, o dando guerra al entonces intratable Brock Lesnar. No mucho después estabas haciendo mongoladas con tus zapatillas y pretendiendo que un cinturón que gira es molón. ¿Por qué? Algún día tendrás que contarnos la historia completa.

Y esa ha sido tu carrera Cena, un pequeño número de buenos momentos ahogados en una marea de planicie y aburrimiento. Lo mismo que puede decirse de la WWE actual en general, que no por casualidad simbolizas. ¿Te has fijado en CM Punk? En unos pocos meses ha demostrado más personalidad que tú en todos estos años. Le echó huevos, plantó su desafío al mundo y triunfó. Y ahora es el luchador más popular, y tiene una influencia en la empresa que tú nunca has tenido después de tanto tiempo siendo la estrella principal. ¿Es que no se te remueven las entrañas al pensarlo?

Pero este mismo lunes Cena, he tenido la sensación de que algo ha cambiado. Vi un destello de furia real en tus ojos, de odio sincero. Estoy seguro de que eres una olla a punto de estallar, y todo este asunto con The Rock está llevándote a tus verdaderos límites. Estás cansado, mucho. Harto de humillaciones, de que tu propia empresa venda camisetas que dicen que apestas. Hasta las pelotas de que ese actor de tres al cuarto te insulte y encima se lleve el protagonismo y las ovaciones que deberían ser para ti. Ahora Cena, es el momento de explotar, de explotar de verdad. 

¡Deja salir la ira de una vez John!

Wrestlemania 28: ha llegado el momento de sacarlo fuera. De ser un hombre. A la mierda con todo, a la mierda con los fans, con los niños, con la empresa, con Vince, con The Rock. Hazle un middlefinger a todos. Pártele la cara al actor de tercera, hazle sufrir de verdad. Ríete de todos por una vez, déjalos con un palmo de narices. Quédate a gusto. Puede que mandes tu carrera al carajo. Pero al menos nos habrás dejado un verdadero momento para la historia. Habrás sido de verdad por una vez. Habrás sido tú mismo. Y te ganarás al fin nuestro respeto. Y lo que es más importante, habrás conseguido respetarte a ti mismo.